Del 10 al 12 de junio se celebrará en el Palacio de Congresos de Valencia una nueva edición del Congreso EMDR Europa que reunirá a profesionales de la psiquiatría y la psicología con formación en la terapia del trauma. El tema central de dicho congreso es la resiliencia, una elección justificada en el marco de la pandemia “donde es crucial la prevención de los efectos a largo plazo en el bienestar mental de las personas”, explica Isabel Fernández, presidenta de EMDR Europa, quien enfatiza que “mejorar la capacidad de hacer frente a la adversidad, ofrecer una intervención temprana y el acceso a un apoyo adecuado debe ser parte integrante de cualquier plan de contención y recuperación pospandémica”.
El objetivo de este cónclave será entender en profundidad cómo afectan acontecimientos adversos como la pandemia o, más recientemente, la guerra de Ucrania -con consecuencias en la salud mental como ansiedad, depresión, intentos de suicidio, entre otras-, pero también cuáles pueden ser los factores protectores. En palabras de la presidenta de la asociación EMDR España, Anabel González, “para entender lo que nos ocurre ahora, hemos de comprender también cómo empezó”.
Investigadores de referencia y otros temas del congreso
Entre algunos de los nombres que formarán parte del elenco de conferenciantes internacionales destacan Christiaan H. Vinkers, investigador holandés que ha estudiado los determinantes de la respuesta al estrés; Ignacio Jarero, uno de los principales investigadores en la aplicación de EMDR en situaciones de crisis y desastres humanitarios, y Deborah Korn, quien hablará del desarrollo de resiliencia en pacientes con trauma complejo.
Algunos de los temas que se tratarán en esta reunión tienen ala familia como sujeto. En el caso de la resiliencia en las familias, se expondrá cómo estas podían ser un sustento para los niños y adolescentes que atravesaron estos años difíciles, y cómo también en algunas se multiplicaban los conflictos. En este sentido, se hablará también del trabajo con la violencia intrafamiliar en sus diversas formas con terapia EMDR. Por otro lado, una parte importante de las presentaciones estarán orientadas a la población infantojuvenil, en la que la EMDR se aplica de modo diferenciado, adaptándola al nivel de desarrollo emocional y cognitivo del niño e integrándolo en el trabajo con familias y escuelas.
Asimismo, otros temas que se expondrán serán el trabajo de apoyo a los refugiados ucranianos en los distintos países europeos, con la colaboración del doctor Jarero y la asociación EMDR España que ha formado a un grupo de profesionales en sus protocolos. Por su parte, el colectivo de los intervinientes (militares, policías, bomberos, personal sanitarios, etcétera) tendrá su protagonismo en cuanto a su exposición en la llamada “traumatización vicaria”, que es la que resulta de trabajar en relación directa con el dolor humano en su máxima expresión y cuyo trabajo de apoyo psicológico tiene poca tradición en España.
Durante la celebración del congreso también se ha planificado una serie de talleres para que los asistentes tengan la oportunidad de ampliar sus conocimientos y establecer contactos con los principales profesionales del sector.
Terapia reconocida
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda desde 2013 la terapia EMDR como un tratamiento de primera elección para las situaciones adversas y traumáticas, cuya eficacia está avalada por numerosas investigaciones en el tratamiento de los problemas de salud mental.
Aunque el mayor volumen de evidencia científica es en el estrés postraumático, cada vez hay más investigaciones avalando su uso en estrés agudo en población infantojuvenil, depresión, trastorno mental grave y adicciones, y muchas otras patologías en las que el trauma juega un papel fundamental. Esto demuestra, para la presidenta de la asociación española, que “el pensamiento científico nos permite ver el mundo desde la curiosidad, nunca desde la certeza. Solo desde ahí se puede producir el descubrimiento”.
Las siglas EMDR significan en español “desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares”, ya que uno de los elementos que se emplean para procesar, desbloquear e integrar las experiencias negativas no asimiladas; es un tipo de movimiento ocular.
Se ha visto en investigación que produce una bajada del nivel de activación y un aumento de las asociaciones mentales, que hace que los recuerdos negativos pierdan carga emocional y puedan integrarse con el resto de nuestras experiencias.
Tras el tratamiento con EMDR una experiencia dura puede verse con distancia sin que siga influyendo de modo contraproducente en nuestra identidad y en nuestro funcionamiento. En este sentido, Cristina Cortés, vicepresidenta de EMDR España, afirma que “el ser humano es tan complejo que tiene que ser mirado desde diferentes ángulos y lentes. La integración de enfoques y miradas forma parte del desarrollo de EMDR”.