Emi Zanón
Escritora y comunicadora
“Sin continuo crecimiento y perseverancia, palabras como mejora, logro y éxito no tienen significado”. Benjamín Franklin
Organizado por la Asociación de Comerciantes de Buñol, el 22 de septiembre pasado, en el auditorio de San Luis, tuvimos el privilegio de contar con la presencia —por segundo año consecutivo— del eminente doctor, cirujano, escritor y conferenciante Mario Alonso Puig, que lleva más de doce años trabajando por y para el crecimiento personal y el desarrollo del potencial humano.
Aunque por encontrarme fuera me fue imposible asistir, me sentí tremendamente feliz de ver posteriormente que se habían agotado las entradas: ¡más de tres mil personas abarrotaban el imponente escenario! Algo impensable hace unas décadas cuando ya se empezaba a hablar de la necesidad de crecer interiormente y desarrollar todo nuestro potencial —tanto del hemisferio izquierdo como del derecho— para poder ser felices y vivir en equilibrio y perfecta armonía con nuestro entorno.
Pero, ahora, habría que preguntarse por qué y a qué se debe tanto éxito del doctor Alonso Puig, tanto en sus conferencias como en los cursos que imparte.
En primer lugar, además de que es un gran comunicador y proviene del mundo de la medicina —lo que, sin lugar a dudas, le da mayor credibilidad—, estamos más preparados, más abiertos —por la misma evolución— para entender y recibir estas enseñanzas y sabiduría milenarias. Sí, milenarias. Son muchos los maestros de Oriente y Occidente que nos han transmitido el mismo mensaje a lo largo de nuestra historia.
En segundo lugar, por el salto tecnológico acaecido en los últimos años, que ha permitido que estas enseñanzas y sabiduría se difundan más rápidamente y puedan llegar al último rincón de la Tierra.
Y en tercer lugar, y creo que más importante, porque ayudan enormemente y enriquecen al individuo y al alma. Hay una gran insatisfacción personal/interior en una mayoría de la gente.
La mayor infelicidad, el mayor índice de suicidios, agresiones, etcétera, se da en los países que llamamos “desarrollados”. Desde el comienzo de la era industrial, se ha ido experimentando un distanciamiento de las cosas que necesitamos, como seres humanos, para estar equilibrados y ser felices: necesitamos amor, necesitamos espiritualidad, necesitamos trascendentalidad…
Hoy en día tenemos demasiado “pan y circo”, como en la época del desmoronamiento del imperio romano. Entretenimiento y necesidades básicas cubiertas: una forma segura de que las masas no prosperen ni piensen.
El ser humano tiene una dimensión biológica, pero también otras dimensiones: emocional, mental, espiritual, trascendental… Un ser humano, como dice el doctor Mario Alonso, no se puede explicar solo desde la biología.
“Reinventarse”, “Vivir es un asunto urgente”, “Mindfullnes”, son algunos de sus libros. Os animo a que le leáis y conozcáis si todavía no lo habéis hecho. En YouTube tenéis valiosas conferencias y entrevistas. Os ayudarán a conectar con otra dimensión. Una dimensión sin dogmas, en la que conectas con algo que es parte de lo que tú eres, que es más íntimo que uno mismo: ¡tu esencia!
¡Feliz noviembre!