Felices fiestas con Ho’oponopono

Mabel Katz comparte la mirada desde la tradición hawaiana ante las celebraciones de fin de año, previamente a su paso por Valencia, donde dará un minitaller

Aurelio Álvarez Cortez

Para Mabel Katz, desde la práctica del Ho’oponopono, en estas fiestas lo principal es el amor y los regalos que nos podemos dar a nosotros mismos, queriéndonos, aceptándonos como somos, con amor incondicional, sin buscar nada afuera.

Katz —autora, oradora pública y embajadora de la paz mundial de renombre internacional— es reconocida como una autoridad líder en Ho’oponopono, y también la creadora de Zero Frequency, un método basado en esta ancestral tradición hawaiana. El sábado 13 de enero de 2024 volverá a Valencia, España, para dar un minitaller de introducción, al que los interesados pueden acceder mediante la siguiente plataforma: https://mabelkatz.com/espanol/valencia/
Con ella reflexionamos sobre las fiestas de fin de año en el siguiente diálogo.

-Con motivo de las celebraciones de fin de año, una frase decía que “cada uno tiene su propio Papá Noel”. Desde la mirada del Ho’oponopono, ¿qué reflexión te merece?

-Antes de responderte, quiero decir que lo más importante para mí, en estos momentos que estamos viviendo, es que la gente tenga fe. Es lo único que nos ha de salvar para ir hacia algo mejor.

Con respecto a lo que preguntabas, sí, cada uno tiene su Papá Noel. Porque te regalas o no te regalas, te abres a recibir o no te abres. Y, por otro lado, no dependas de un Papá Noel de afuera, que te trae o no te trae regalos, que te quiere o no te quiere, o te acepta o no te acepta.
A menudo se mide demasiado ese amor por los regalos. Nosotros, que ya estamos en la parte espiritual, no digo despiertos porque todavía seguimos despertando, sabemos que esa no es la forma de demostrar que uno quiere a alguien, comprándole algo, sino que lo principal es el amor y los regalos que nos podemos dar a nosotros mismos. ¿Cómo? Queriéndonos, aceptándonos como somos y regalándonos ese amor incondicional que debemos tener hacia nosotros mismos, sin buscar nada afuera.

-Estamos en la época que se recomienda hacer un balance del año que termina. ¿Vale la pena realizarlo?

-Me gusta pedirle a la gente que mire atrás y piense en todo lo que le fue mal, una circunstancia tan difícil que creyó que no podría con ella. En esos momentos uno se desespera, piensa que tiene mala suerte. Se siente víctima.

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Pero cuando eso sucede y miras atrás, estoy segura de que puedes agradecerlo porque gracias a ello conociste a alguien, fuiste a algún lugar, se presentó una oportunidad, o ahora percibes la vida de una forma diferente, aprecias las cosas de otro modo.

Cuando realizamos este ejercicio en los seminarios digo que cuando yo, personalmente, hice eso, pensé en el momento en que empezamos a caminar, intentando dar los primeros pasos. ¡Cuántas veces nos caímos! Si la primera vez hubiéramos dicho o pensado “¡ay!, no, esto es muy difícil”, “no es para mí, yo no puedo”, “para andar tienes que ser más grande, más alto”… (risas).

Y eso nos ocurre diariamente porque nos caemos, pasan cosas de una forma que no esperábamos, y no por eso vamos a decir “yo no puedo” o “esto no es para mí”. El aprendizaje está en levantarse.

“Aprendí a no realizar planes, ¡y me encanta hacerlo! Vivir en el presente, no tener que preocuparme”.

-También se aconseja que, además del balance, pienses o escribas qué metas, proyectos o sueños te propones cumplir.

-Desde el punto de vista de Ho’oponopono y Zero Frecuency, no hago ningún plan, empiezo de cero. Digo. “Dios, tú sabes los mejores planes para mí”. Yo suelto y me dejo guiar, proteger, inspirar. Aprendí a no realizar planes, ¡y me encanta hacerlo! Vivir en el presente, no tener que preocuparme.

El otro día alguien me mandó un email diciendo que un vidente le había predicho no sé qué cosa. Y estaba preocupado por lo que le anticiparon. Imagínate, te predisponen para algo, entonces ya estás alerta. Te cierras. Aunque hubiera más posibilidades o las cosas podrían incluso cambiar, te quedas paralizado porque “esto es lo que pasará”. Mucho cuidado con vivir en el futuro o de llevarte por lo que alguien pueda decirte, te puedes quedar como encerrado en una caja.

-La mejor manera de hacerlo reír a Dios es contarle nuestros planes.

-Recuerdo que cuando yo hacía planes, o tenía alguna idea, y se los comentaba al doctor Ihaleakalá (su maestro de Ho’oponopono), me decía: “Escuché cómo el Universo se rio”.

-Algunas personas pasan estas fiestas en soledad. No tienen relaciones familiares, sociales, por peleas, enfados muy grandes, distanciamientos…

-Muchos odian estas fiestas, es el peor momento del año que viven. Primero, para los que están solos les digo que nunca están solos. El doctor Ihaleakalá expresaba que se puede pasar muy bien con Dios, Él tiene un sentido del humor muy bueno.

A veces también mejor es estar solos que mal acompañados. Sí, tenemos familia, pero resulta que estallan las broncas, nos fijamos en qué nos regalan, y tampoco somos felices. Personas que, con mucha gente a su alrededor, igual se sienten solas. No es garantía que porque estés rodeado de gente realmente te sientas acompañado.

Es un buen momento para perdonar, para empezar de cero, saber que es un nuevo comienzo y no quieres seguir con ese peso ni con algo que te impida ser libre. Al no perdonar, también estás estancado en el pasado. Si sigues viviendo en el pasado, ¿cómo cambiarás tu futuro? Sigues ahí.

Amarnos, aceptarnos, tratarnos bien y decir “suelto porque no me haré más daño, quiero ser libre, me merezco lo mejor, ser feliz”. Cuando no perdonas, el daño te lo haces a ti mismo, no a otro.

No necesitas llamar por teléfono o escribir una carta, pero sí hacer un trabajo totalmente interno. En realidad, la vida es entre nosotros y Dios, no entre nosotros. Hagamos este trabajo de perdonarnos a nosotros, porque no perdonamos antes, y perdonar a otros, tener una conversación mental con ellos o escribir sin mandar la carta.

Se trata de soltar para no hacernos más daño. Seguir en la frecuencia cero donde está todo lo que estamos buscando.

-El año nuevo es poner el contador a cero. Esto me recuerda a una entrevista reciente, cuando el entrevistado decía que cuando has alcanzado una cima, te está esperando otra, y hay que empezar de cero.

-De cero empezamos momento a momento. Todo depende de si traes esas cargas del pasado, o las sueltas y comienzas de cero. Cada día es un nuevo comienzo, una nueva oportunidad, para ver lo que el Universo tiene para ti. Pensamos muy pequeño, nos limitamos. Si estás en cero, viviendo el presente, las cosas empiezan a venir. Encuentras tu pasión, en mi caso, un propósito, una misión, un llamado.

Es muy diferente trabajar por dinero que cuando lo haces por un llamado. Pregunto a la gente “qué harías si no te pagasen, porque te encanta”. No digo hacerlo gratis, aunque todos empezamos haciéndolo gratis. Luego nos damos valor y vemos que nos merecemos ganar dinero, está bien.

Hubo un tiempo en mi vida que trabajaba como contable, como economista, y siempre me iba muy bien, tanto en Argentina como en EE.UU. Pero la vida me fue llevando, aprendí a soltar y confiar, a no hacer planes, y estar alerta a lo que se presenta.

Ante la incertidumbre, soltar y confiar, no preocuparse y permitir que el Universo se encargue de nuestros temas.

-Acabas de decir confiar. ¿Tienes algún truco personal para cuando pierdes o flaquea la confianza?

-Cuando las cosas se ponen mal, o la radio que tienes pegada a tu oreja te cuenta un montón de historias, en lugar de engancharte, debes pararla de alguna forma. Yo digo “suelto y confío”.

Una historia que suelo contar es que cuando renuncié a mi profesión de contable, que me daba estabilidad económica, y me dediqué únicamente a la enseñanza y práctica del Ho’oponopono, y tenía empleados y responsabilidades, desapareció un ingreso con el que yo contaba.

Por supuesto, en ese momento me preocupé y mi radio me dijo, muy “lógicamente”: “Volverás a tu trabajo y tendrás que echar a tus empleados”. Pero, en vez del suelto y confío, repetí “no me voy a preocupar, Dios sabe por qué estoy aquí”. Miraba para arriba y lo decía como una niña pequeña.

No hace mucho tiempo caí realmente en toda la historia, me di cuenta. El dinero empezó a venir de lugares imposibles para mí: de Japón, Corea, China, Italia… de gente que no conocía y me decía por email que quería comprar los derechos de mis libros. Yo soy una autora independiente y es muy raro que una editorial de otro país contrate a un autor de esta forma.

¿Quién les dijo de la existencia de mis libros?, ¿cómo consiguieron mi email? ¿Por qué ese interés de contactarme? Me contrataron para dar seminarios y me adelantaron dinero. Y yo me decía otra vez interiormente, en conversaciones que hacen que atraigamos ciertas cosas a nuestras vidas: “No sé de dónde vendrá, pero sé que cuando yo tenga que pagar, el dinero estará ahí”. Y así sucedió.

Fue soltar y confiar, no preocuparme y permitir que el Universo se encargara.

-Quienes practican Ho’oponopono hace tiempo ya, esos veteranos que ves de tanto en tanto, ¿qué adviertes en ellos?

-Te refieres a los repetidores, como decimos. Acabo de estar en Croacia y preguntaba a personas que conozco, por verlas cada año, cuántos seminarios habían hecho. Algunos decían que habían participado en todos los que había realizado, desde el primero, en 2012, sin perder ninguno.

Cuando me preguntan cómo voy más profundo en la práctica, contesto “volviendo a escuchar esta información, una y otra vez”. ¡Necesito escucharla! Es muy fácil retroceder a los malos hábitos. ¡Es tan fácil sufrir, preocuparse, verte como víctima! Porque se produce automáticamente, es aceptado y es lo “lógico”. Murió alguien, tienes que sufrir; te echaron del trabajo, tienes que sufrir… Todo eso es “lógico”, pero entonces, ¿lo lógico es ser infeliz?

A quienes me preguntan hasta cuándo hay que seguir diciendo gracias, respondo: “Hasta la última respiración. O, en vez de decir gracias, ¡sigue sufriendo! ¿Hasta cuándo vas a seguir sufriendo?”.

Todos tenemos que seguir trabajando en esto. El hecho de volver a escuchar es poder estar un poco más conscientes y tomar mejores decisiones. Por ejemplo, no reaccionar, poner distancia, no tomar las cosas en forma personal, te ayuda a soltar y confiar más.

-Hablemos de la paz. ¡Qué tiempos difíciles en Europa, en el Mediterráneo… Muchos conflictos abiertos, ¿qué pasa con esos corazones desnaturalizados?

-Es parte de la oscuridad que tiene que salir. Debemos despertar, darnos cuenta. Veremos muchas más cosas desagradables, lamentablemente. Por eso necesitamos empoderarnos. Tal vez esta palabra, empoderar, está un poco trillada, pero es necesario ese poder de decisión, de cuestionar, de estar más alerta, de no tomar decisiones como ovejas otra vez, para no caer nuevamente.

Hay tanta gente dormida en este momento… es muy fácil manipularla, como si la sociedad estuviera hipnotizada.

Pero, aunque no parezca, Dios también está en este plan.

La gente debe despertar y pueden pasar muchas cosas y cada uno despertará o no. Algunos no lo harán. Ojalá que por lo menos esto no pase en vano, que muchos se den cuenta de que todas las medidas no son a nuestro favor, sino en contra. Estamos creando a través de nuestro pensamiento, de nuestras emociones, ese miedo que compramos. Parafraseando la canción “Love is in the air”, digo “el miedo está en el aire”. Ojalá sirva para despertar y que no se repita otra vez.

-Dicen que en 2025 las cosas estarán mucho más claras que ahora.

-Lo creo, pero todavía nos queda el 2024. Creo que estará interesante porque tal vez eso que vivamos en 2024 permitirá que las cosas mejoren el año siguiente, es una parte del camino. Hay que pasar por el túnel para ver la luz, agarrados de la mano de Dios, sin miedo, y mantenernos despiertos más que nunca, estar alertas, cuestionar todo, sin prisas.

El grupo que quiere tomar decisiones primero creará el problema, instigando el miedo para que hagamos lo que pretende que hagamos.

-Entonces celebramos estas fiestas desde el modo Ho’oponopono, con ese espíritu, estando alertas, en el presente, dando gracias, perdonando…

-Como decíamos al principio, todo depende de la situación familiar, con los amigos. En cualquier caso, sigue tu propia inspiración. Por ejemplo, a pesar de que todos los años has ido a reuniones familiares o con amigos, y ahora no tienes ganas, no vayas, ponte tú primero. Es importante hacer lo que funciona para ti, no porque qué van a decir los demás, si te criticarán o se enojarán, y no te hablarán más.

Anímate a tener la fuerza de decir “este año tengo ganas de mirar la tele en casa”, leer un libro, etcétera. Preguntarle más al corazón que a la cabeza qué quiero hacer. Por el contrario, si nunca te reúnes con nadie y este año tienes ganas de celebrar, di “me merezco una celebración, estar con gente”. Pero trata de elegir con quién. Siempre se puede pasar bien solo o acompañado.

Mabel Katz estará en enero, en Valencia, ofreciendo un minitaller de Ho’oponopono.

-Vas a dar un minitaller de Ho’oponopono el 13 de enero de 2024, en Valencia.

-Sí, para que quienes participen, al finalizar se vayan con herramientas, tengan claridad sobre la práctica, saber cómo poder atraer lo que es correcto y perfecto, sin esfuerzo. Estar en esa frecuencia que parece que tienes suerte, que las cosas pasan y vienen.

Me encanta la idea de volver a Valencia, la última vez lo pasamos muy bien con gente abierta y comprometida. Queremos repetir la experiencia. ¡Felices fiestas para todos!

Los interesados en participar del minitaller en Valencia pueden acceder mediante la siguiente plataforma: https://mabelkatz.com/espanol/valencia/

🠋 Aquí puedes ver la entrevista completa en nuestro canal de Youtube.



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Stanislav Kondratiev
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