Gerard Lombarte
Desconocer el rasgo llamado PAS (personas altamente sensibles) ha llevado a entenderlo como una fuente de ansiedad y sobresaturación por no conocer los sistemas internos de la sensibilidad. Se ha tachado de “demasiado emocionales” a las personas que lo poseen y ellas mismas se han sentido bichos raros que no encajan con el entorno.
Meritxell Garcia Roig, formadora, escritora y coach experta en empatía y en alta sensibilidad, pertenece a este grupo poblacional y ha elaborado con “La fuerza de ser altamente sensible” (Grijalbo) una guía a fin de poner en positivo y en valor sus características.

García Roig acompaña a personas altamente sensibles en su camino hacia el autoconocimiento a través de su método del gimnasio empático para conocerse mejor y hacer las paces con su sensibilidad para vivir una vida plena. Además, es consultora de empresas y formadora en empatía, liderazgo empático y pensamiento creativo.
Esta experta explica que una persona altamente sensible “tiene un rasgo de la personalidad que aguza su percepción a través de los sentidos; es como si tuviera una piel más porosa en la que traspasa más información del entorno”.
Específicamente, apunta que las personas altamente sensibles tienen cuatro características principales. La primera, un procesamiento profundo de la información; a más estímulos captados, más información procesa nuestro cerebro; en segundo lugar, una percepción de las sutilezas de los estímulos sensoriales. “Tenemos -dice en primera persona- como una antena que capta el entorno en alta calidad; cada uno tiene un estilo de sensibilidad distinta y unos sentidos más aguzados que otros o captará sutilezas según sus características personales”.
Luego, la tercera característica es la sobresaturación o sobreestimulación. “Cuando recibimos mucha información y nuestro cerebro no para de procesarla, llega un momento en que el sistema colapsa”.
Y la cuarta es una reactividad emocional y empática. “La reactividad emocional está relacionada también con la percepción. A veces nos llaman intensos o podemos reconocer una montaña rusa de emociones, ya sea por efecto del entorno o por la gestión propia”.
Muchos no saben que lo son
Ante el conocimiento de que el 30% de la población es PAS, Garcia Roig advierte que “hay muchos PAS que no saben que lo son. Desconocer este rasgo de la personalidad hace que nos sintamos como bichos raros o que no encajemos al no entender bien nuestra naturaleza sensible. Al pretender no ser PAS, imitamos las soluciones que resultan a los demás sin ser conscientes de cómo funciona nuestra maquinaria PAS”. Por eso conocer la naturaleza sensible “permite respetar nuestros tiempos de pausa y de recuperación tras la saturación de estímulos. Nos ayuda tanto a saber gestionar las emociones como a poner a trabajar los recursos sensibles que tenemos para nuestro beneficio”, añade.
Para saber si una persona es o no PAS, la coach señala que la descubridora del rasgo Elaine Aron creó un autotest que permite identificarse con el rasgo de la alta sensibilidad. Se puede hacer aquí.
Acerca de cómo ella misma descubrió este rasgo en sí misma, cuenta que fue una serendipia: “En 2018, haciendo un curso de marketing, en un grupo de Facebook de la escuela vi un comentario de una chica que se describía como empática y altamente sensible. Hubo algo en estos términos que me llamó la atención, la bombilla de la curiosidad se encendió y empecé a investigar. Tuve la suerte de compartir mis estudios de coaching en Estados Unidos con Susana, una persona altamente sensible que me explicó el día a día del rasgo, aquello que muchas veces no está en los libros”.
De ahí que en “La fuerza de ser altamente sensible” el tema asume protagonismo, que son las anécdotas personales, como se siente más allá de las definiciones oficiales. “Aunque útiles y válidas, a veces se alejan de la realidad cotidiana en la que podemos sentirnos más identificados”, aclara la autora.
Poder creativo
¿A qué se debe el poder creativo que se reconoce en las personas PAS? Según Garcia Roig, La clave está en que “a más estímulos sensoriales, más información recibida del exterior”. Es decir, “la observación, percepción y procesamiento de información nos permite hacer conexiones creativas, enlazar ideas y conceptos aparentemente inconexos”. Es más: “La creatividad no es solo una creatividad de producción artística, sino que hay creatividad en la vida cotidiana, en qué ropa escogemos ponernos por la mañana, en los cuentos que nos inventamos para nuestros hijos o al idear recetas nuevas con las sobras de la cena de ayer”.
Y, sin duda, la creatividad aporta muchas ventajas, como la misma coach destaca: “La creatividad es un recurso fantástico para PAS y no PAS que nos aleja de una anticipación desmedida, la ansiedad y la necesidad de controlarlo todo. Cuando confiamos en que sabremos buscar soluciones creativas, somos capaces de utilizar la creatividad como una aliada”.
Empatía
Otra cuestión importante a tener en cuenta en las personas PAS es la empatía. Aquí hay otro punto a favor puesto que “percibir más estímulos sensoriales del entorno como PAS nos llena la mochila de sutilezas e información consciente e inconsciente sobre las personas de las que estamos rodeados. Por ejemplo, podemos saber si nuestra pareja ha tenido un mal día por el ruido que hacen sus zapatos al andar o simplemente saber interiormente que necesita cada persona y como crear armonía en un espacio”, comenta Garcia Roig.
Sin embargo, la coach hace referencia a la autoempatía, para advertir que “la empatía sin empatía interna hacia uno mismo nos lleva a comportamientos de complacer a otros por encima de las necesidades propias”. Y “como todo en la vida, no es automático, no por ser PAS somos más empáticos, sino que tenemos más materia prima para serlo. Hay que aplicarse en el gimnasio empático para practicar y que esa información se transforme en un hábito empático. Todo depende de la práctica que llevamos en el día a día”.