Fin de año sin estrés ni ajetreo

Una práctica para cultivar una conexión más profunda con el momento presente

Pensamientos de estrés y ajetreo se vuelven más específicos durante las fiestas de fin de año. Y no es raro que se conviertan en una realidad.

Antes de decir “es lo que sucede” habría que considerar que la realidad siempre es personal. El poder de gestionar tales pensamientos nos pertenece y podemos abordar la aparente e “inevitable” cuestión desde esa perspectiva.

Primero, observemos que la mentalidad que considera la temporada navideña como un momento de alegría es la opuesta a la mentalidad que considera las fiestas estresantes y ajetreadas. Pero ambas operan a través de la percepción, las creencias arraigadas y el sesgo de confirmación. La buena noticia es que todos están sujetos a cambios.

Escucha consciente

Hay una práctica consciente que invita a experimentar el mundo mediante el arte de escuchar, cultivando una conexión más profunda con el momento presente.

Si quieres beneficiarte de sus efectos, sigue estos pasos:

  1. Encuentra un espacio tranquilo: elige un lugar cómodo donde no te molesten. Siéntate o recuéstate, permitiendo que tu cuerpo se relaje.
  2. Acomódate: cierra los ojos suavemente y respira profundamente varias veces, liberando la tensión con cada exhalación.
  3. Ábrete al sonido: cambia tu atención de tu respiración a los sonidos que te rodean. Permítete convertirte en un observador del entorno auditivo.
  4. Escucha sin juzgar: observa la variedad de sonidos, tal vez el zumbido distante del tráfico, el canto de los pájaros o el suave susurro de las hojas. Acepta cada sonido sin etiquetarlo ni juzgarlo.
  5. Abraza la fluidez: deja que los sonidos vayan y vengan como lo hacen naturalmente, como las olas en el océano. Permite que profundicen tu sensación de relajación y presencia.
  6. Regresa a la quietud: si tu mente comienza a divagar, vuelve suavemente tu atención a los sonidos, abrazando la fluidez del paisaje auditivo.
  7. Concluye con gratitud: después de varios minutos, vuelve lentamente la atención a tu respiración. Abre los ojos y tómate un momento para expresar gratitud por este tiempo de escucha y presencia.

Y finalmente, piensa que en esta vida, como se dice sabiamente, solo importan tres cosas: cuánto hemos amado, con qué dulzura hemos vivido y con qué gracia dejamos ir aquello que no era para nosotros.

Imagen: Elina Fairytale

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