Silvia Anaska Fischer
Shamanic-coach y profesora de yoga
Como nuevo modelo para el cuidado de la salud psicosomática y espiritual que promueve estados de relajación profunda, paz y conexión, Shamanic Yoga nace de la combinación entre el yoga y el chamanismo, dos disciplinas profundas, con técnicas ancestrales para llegar a la plenitud del Ser y a la realización del propósito del alma individual en armonía con el plan cósmico.
Surgió en Estados Unidos, combinando las prácticas físicas, mentales y espirituales del Hatha Yoga con elementos de la cosmovisión andina, y siguiendo el linaje de Alberto Villoldo, reconocido antropólogo, psicólogo y escritor.
Este modelo de síntesis y sincretismo no es el único. El Hara Yoga del maestro Gio´ Fronti, por ejemplo, proviene de linajes de chamanismo siberiano, tantrismo de Cashemira, prácticas de los yamabushi de Japón, e incluso integra las prácticas de psicochamanismo y psicomagia de Jodorowsky.
Frente a los muchos linajes de chamanismo existentes en todo el mundo, así como numerosas escuelas de yoga, mi visión personal de transmisión del Yoga Chamánico no sigue un linaje en particular. Por ello, en mi estilo personal de enseñanza, me pareció adecuado hablar de Dinámicas Energéticas Ancestrales. Esta modalidad honra y respeta la profundidad que abarca cada patrimonio cultural y nos recuerda que el conocimiento y la curación que buscamos están en nuestro interior.
El yoga nos enseña a ser conscientes del cuerpo, para poder luego transportar esta serenidad y sosiego más allá del cuerpo físico. Con el chamanismo buscamos canalizar nuestro poder personal para sanar el pasado y sus sombras, así como recuperar la plenitud de nuestra alma. Entonces ambas practicas se fusionan en meditaciones, viajes chamánicos, prácticas de autosanación y canalización de la energía luminosa, para proyectar un futuro distinto y positivo.
El yoga y el chamanismo se complementan de forma natural porque nacen de la misma matriz de búsqueda espiritual, teniendo como maestros a la Madre Naturaleza y al cosmos. La palabra misma chamán nos ofrece el primer testimonio del origen chamánico del yoga. El término sánscrito srâmana se refiriere a hombres y mujeres de conocimiento que se apartaron de la doctrina védica para dedicarse al autoaprendizaje en la selva y en los bosques. Los srâmana eran conocidos por su capacidad de hablar con los elementos y obrar curaciones. En Mongolia y Siberia, sâman era “el que sabe”, refiriéndose a los sabios que tenían la capacidad de conectar con la Fuente de la Energía y la capacidad de dirigirla y armonizarla.
Tanto Dinámicas Energéticas Ancestrales como el Shamanic Yoga tienen el propósito de ayudar a descubrir nuestro propio camino y conectarnos con la Fuente, la chispa divina en nosotros.
El hilo que entrelaza las enseñanzas chamánicas y yóguicas es el énfasis en la relación con la naturaleza, tanto dentro de nosotros mismos como de nuestro cuerpo macrocósmico. Al elevar continuamente nuestra autoconciencia a través de las herramientas y técnicas de Shamanic Yoga, podemos superar los bloqueos emocionales, mentales, físicos, y lograr vivir en armonía con nosotros mismos y nuestro entorno.
Las prácticas chamánicas despiertan nuestra memoria creativa y artística. Por un lado, el practicante puede sanar hábitos negativos, heridas emocionales, eventos traumáticos de la vida y, por el otro, conectarse al entusiasmo y curiosidad natural, sintiéndose parte del universo.
Las Dinámicas Energéticas Ancestrales crean una atmósfera única, cada práctica es en realidad un ritual psicomágico para honrar y armonizar los mundos invisibles de nuestro interior. Al crear un espacio sagrado aprendemos cómo rodearnos con una energía protectora y amorosa en conexión con el Gran Espíritu, entonces podemos movernos sin miedo, meditar, bailar o hacer un viaje chamánico con el sonido del tambor.
Las sesiones son una experiencia curativa, sea que practiquemos asanas, respiraciones o kata (pranayama, dharana), o bailemos en estado de trance. El yoga chamánico infunde las cualidades curativas ancestrales y los elementos trascendentes para transformar al practicante en sus deseos más profundos.
Asimismo, cada sesión será única, un acto metafórico y poético de autosanación.
En la parte práctica, una clase de Shamanic Yoga suele estar diseñada según la Rueda Chamánica de Medicina, que, salvando diferencias culturales, es el viaje de integración y sanación que todos debemos completar en nuestra vida y se sustenta sobre 4 Direcciones o Vientos. Dichas direcciones representan también las etapas de Transformación del Yo hacia el despertar del chamán interior.
El Viento del Sur nos impulsa a deshacernos de las viejas pieles o entidades que hemos jugado en nuestro pasado.
El Viento del Oeste nos enseña cómo transformar la oscuridad o la muerte en luminosidad y renacimiento.
El Viento del Norte nos guía por nuestro viaje épico, mostrándonos el camino de la dicha y de la dulzura.
El Viento del Este nos muestra cómo elevarnos por encima de las apariencias y ver las cosas desde un ángulo mayor, para regresar al detalle con mayor perspectiva y sabiduría.
La autora participará en el VIII Congreso Mediterráneo de Yoga, en Valencia, el mes próximo.
www.anaskafischer.com