Exploradores de la Vida, buscadores de la Verdad

La trascendencia del ser humano

Emi Zanón
Escritora y comunicadora

“Platón es mi amigo, 
Aristóteles es mi amigo,
pero mi mejor amigo es la Verdad”.

 Isaac Newton

Exploradores de la Vida, buscadores de la Verdad, es lo que todos, como seres humanos, somos. Cada uno de nosotros buscamos la Verdad, aunque no nos demos cuenta, aunque vivamos toda una vida sin ser conscientes de ello.

Desde que el hombre es hombre, se pregunta por la verdad.  El ser humano por naturaleza es abstracto, mágico, espiritual… Un ser que se pregunta por el sentido de la vida. Por la Verdad. No hay un solo lugar en el planeta en donde haya aparecido el ser humano que no haya dado muestras de esta trascendencia.

Isaac Newton, el protagonista de mi nueva novela “El secreto cifrado” (Editorial Sargantana) y uno de las personas más influyente de nuestra historia, dedicó toda su vida a buscarla, pues lo que verdaderamente lo impulsaba en sus investigaciones era el afán por descubrir las leyes secretas de Dios.
Él estaba convencido de que era un elegido y que debía dedicar todas las horas de su vida a esta tarea. En su cuaderno de notas, fechado en 1664, cuando tenía 22 años, escribió:

“Platón es mi amigo/ Aristóteles es mi amigo/ pero mi mejor amigo/ es la Verdad”.

Y solo nos podemos acercar a la Verdad a través del camino interior, como decía san Agustín en el siglo IV: “No vayas hacia afuera, ve hacia dentro. En el interior del hombre habita la Verdad”. Porque la Verdad, la eterna y suprema Verdad, la base de todas las cosas, está en cada uno de nosotros y en todo lo que nos rodea, no en mayor o menor medida, sino por igual.

- Anuncio -

Newton fue el arquitecto de un nuevo mundo. Sin él no existiría la física moderna, ni los satélites, ni los viajes espaciales. Su sombra está presente en todo nuestro mundo presente, valga la redundancia. En “El secreto cifrado” des­cubrimos lo menos conocido del genio: su infancia y su vida secreta.

Como incansable exploradora de la Vida y buscadora de la Verdad que soy, llegué a la escritura, a la creatividad literaria y a la comunicación. Y el motor que me llevó a ello, por encima de la creatividad, la inspiración, la fantasía, que pueda haber en mí, el disfrute mientras escribo pues vivo en una realidad paralela en algún lugar de mi mente, fue un fuerte deseo interior de compartir y transmitir todo lo que llevo dentro: mis valores, mis principios, mi amor a la Vida, a la Naturaleza, al cosmos…

En definitiva, mi visión del mundo. Una visión que pasa por darle a la vida un sentido trascendental. Todas mis obras son muy diferentes entre sí (también porque he incursionado en varios géneros), pero todas ellas tienen un hilo conductor que es este de la trascendencia (ir más allá de lo cotidiano, lo pragmático, lo tangible).

Con este valor, llegaría a la esencia de mis libros y novelas que son sin duda mis inquietudes existenciales. Ya lo decía sir George Bernard Shaw: “La literatura es el arte de interesar a los demás en aquello que le interesa a uno”. ¡Gran verdad!En “Su último viaje”, la vida después de la vida; en “Yámana, Tierra del Fuego”, la búsqueda del origen del hombre; en “La hierba azul de Calíope”, el despertar de la conciencia; en “Las cinco estaciones de Vivaldi”, la búsqueda de la identidad personal, y en esta última novela publicada, “El secreto cifrado”, la búsqueda de la Verdad.

He tenido el gusto de dedicaros a tod@s vosotros esta novela, y en especial a mis lectores. Espero que la disfrutéis mucho y que pueda llegar a ser un hilo de luz para cada uno de los buscadores de la Vida.

¡Feliz noviembre!

emizanonsimon.blogspot.com.es
emizanonweb@gmail.com

Imagen: Furkan Gúnes



Lo más destacado

Stanislav Kondratiev
de Unsplash