“La melodía, junto con los sonidos, es un enigma propuesto a nuestro espíritu”, dice Fernan Birdy, artista valenciano, autor y compositor de música de conciencia, quien siente que “este enigma oculta la llave de la liberación espiritual”.
Birdy explica así que “cuanto más interioricemos la melodía, cantándola menos con los labios que con la voz interior, mayor es la transmisión y lo que ésta remueve emocionalmente”, y reconoce que aprendió a construir melodías y a componer música de una forma autodidacta. “Sin ser consciente de mi evolución y aprendizaje, mi acercamiento a la música fue una atracción y un acto de libre elección, con lo que a la hora de hacer melodías y de componer canciones, funciono de manera natural. Sé que mi música puede ser sencilla y liberadora”, afirma.
Para este creador, “la vida espiritual tiene mucho sentido, ya que otorga el impulso y la fuerza para abordar una visión renovada del mundo. Cuando elevamos la mirada, trascendemos las fútiles limitaciones del yo y expresamos una profunda conexión con el Todo”, aproximando su hacer musical cuando define que “la espiritualidad es una vibración universal y cósmica” ya que “con este sentir invocamos a la música y a la poesía, despertando a una intuición extraordinaria que puede revelarnos la esencia de las cosas”.
Desde su visión, sostiene que “quizás el don o la gracia que pueda tener un creador es poder ver, percibir o escuchar esas energías, ondas o vibraciones con la máxima claridad posible para después plasmarlas y expresarlas en su obra”.
Prácticas como el yoga o el tai chi a lo largo de su vida le han hecho más receptivo y sensible al mundo espiritual, “potenciando mi creatividad y facilitándome la conexión con muchas personas a través de la música”, y si bien “no puedo viajar o volar como un pájaro a todos los rincones de este inmenso, misterioso y maravilloso universo –añade–, a través de la música y la vida espiritual puedo hacer un viaje hacia mi interior; y si me conozco a mí, conozco al universo y a Dios”.
Birdy comenta que “la naturaleza, la creación y el universo “son principalmente mis fuentes de inspiración”, considerando que “en gran parte de mi obra intento aportar algo a quienes vivimos en las ruidosas y artificiales ciudades; algo que creo que hemos perdido y que considero que es vital y de suma importancia para el ser humano: el contacto con la naturaleza”. De modo que “en una comunión hermosa a través de la música, con sus fantásticos sonidos y la majestuosa sinfonía que nos ofrece la naturaleza, surge una música con una claro mensaje de paz y armonía, cuyo efecto nos produce una agradable sensación de calma”, dice, recreándola.
Uno de los sonidos de la naturaleza que más le inspira y más energía le transmite es el sonido del mar. “Siempre que puedo, me escapo para estar junto a él. Es una inmensa suerte vivir cerca del mar”, prosigue. También, está seguro de que “las numerosas inmersiones que he realizado durante años en las costas de Ibiza han influido sobre mi ser más profundo. Esas sensaciones de flotar, de estar suspendido en el agua sin sentir el peso de la gravedad… es como estar flotando en el espacio. ¡Increíble!”.
Por último, se muestra convencido de que “la música existe para liberarnos de las angustias demasiado humanas, para revelarnos algunos misterios; entre ellos, uno que considero de vital importancia: el del amor; el amor en lo que tiene de puro, de eterno y de universal. Muchos de mis sonidos no cesan de predicarlo”.
La trayectoria de Fernan comienza en los años 80, a los que corresponden los trabajos AD 202, Primitive y El Aura de Kirlian. En el presente, gracias a sus vínculos con Squad Music (www.squad-music.com), podemos encontrar en herbolarios y otros centros de venta la colección Relax Music con materiales de gran calidad, como Spiritual Life, La Fuerza de la Primavera, Yoga, Ocean, Zen, Tai Chi o Moon.