La presencia previa a la tendencia

Un espacio cuya puerta nos permite entrar en una dimensión de nosotros mismos

Andrés Tarazona

En el instante previo a cada acción, a cada decisión y a cada reacción, hay un espacio de presencia cuya puerta nos permite entrar en una dimensión de nosotros mismos, tan profunda, que puede elevar nuestra vida y el resultado de aquello que estábamos dispuestos a hacer.

Las acciones, sobre todo cuando se llevan de forma inconsciente, van impregnadas de una tendencia que influye directamente en la inercia que posteriormente generan.

Al igual que ocurre en las viviendas, que según la orientación cardinal de su puerta de entrada tienen una tendencia vibratoria en su interior (hay ocho diferentes), también las personas, por su año de nacimiento, tenemos ocho tipos de tendencias diferentes.

En el caso de las viviendas, según las ocho orientaciones cardinales, la energía que entra por su puerta favorece ocho aspectos diferentes de la vida:

  • Las buenas relaciones familiares
  • La obtención de recursos
  • La autoestima
  • Las relaciones de pareja
  • El disfrute de la vida y la creatividad
  • La confianza en la vida
  • La vocación
  • La sabiduría

Cuando conoces la orientación de la puerta de entrada a tu hogar y comprendes la tendencia vibracional que genera, resulta más fácil interpretar la base y oportunidad de los retos y vivencias que se experimentan en ella.

Por ejemplo, una pareja que vive en una vivienda cuya puerta de entrada está orientada hacia una tendencia a la de sabiduría, sus crisis de pareja pueden tener en esencia la oportunidad y el beneficio de trascenderlas y crecer internamente a través de poner en valor la sabiduría interior de cada miembro de la pareja.

Ocho tipos de tendencias

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Llevado esto a las personas, en función de su año lunar de nacimiento, hay ocho tipos de tendencias.

  • Personas con tendencia a favorecer las buenas relaciones familiares
  • Con tendencia a buscar el crecimiento económico
  • A impulsar a las demás personas a lograr sus metas
  • Con tendencias generar unión y pacificar
  • Personas con tendencias creativas
  • Con tendencia a liderar a otras personas
  • Personas con tendencia a ayudar a otros a encontrar su camino de vida
  • Y con tendencia a vivir desde la sabiduría interior y favorecer la expresión de la sabiduría en las personas de su alrededor

Cuando una persona es consciente de su tendencia, se da cuenta de que sus retos de vida incluyen la semilla de su crecimiento interior en la medida en que se alinea conscientemente con su tendencia original.

Por ejemplo, una persona con tendencia a mantener y crear la unidad de las relaciones familiares, puede darse cuenta de que a la hora de afrontar sus retos siempre tiene en cuenta que sus decisiones no afecten a la unidad familiar.

Desde este prisma podemos observar cómo nuestras decisiones y nuestros actos llevan inmersos la semilla de nuestra tendencia, pudiendo, inconscientemente, proyectar anhelos si no los vivimos con presencia.

Esto se contempla con frecuencia en hogares en los que conviven varias personas.

Por ejemplo, una pareja puede estar viviendo tres tendencias diferentes: la tendencia de una de ellas que podría ser la sabiduría, la tendencia de la otra persona que podría ser la unidad familiar, y ambas personas podrían sentir, a la vez, la influencia de la tendencia de la vivienda, que podría ser la de la vocación.

Un espacio infinito

Entre tanta tendencia es muy fácil perderse internamente si uno no está bien arraigado en su presencia. Por eso es importante ser consciente de que, previo a la tendencia, hay un espacio infinito de presencia cuyo lugar característico es el centro, tanto el centro físico de nuestra vivienda como nuestro centro interior.

El centro, tanto físico como espiritual, es un punto de luz pequeño e infinito desde donde podemos proyectar nuestra esencia.

Cultivar la serenidad y el orden en el centro de nuestro hogar y cultivar la presencia desde nuestro centro personal, nos ayuda a ser conscientes de la importancia que tiene nuestro nivel de presencia antes de generar una nueva inercia a través de cada uno de nuestros actos.

Cuando nuestra presencia impregna cada una de nuestras decisiones, la inercia que genera cada acto inspira, además, a las personas que nos rodean a salir de su propia inconsciencia.

La presencia, si es desde el corazón, siempre cultiva Amor.

andres@andrestarazona.com



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