Aprender a través de la conciencia

Las experiencias de Ana Serrano con la obsidiana, piedra sagrada de sanación

Pablo Arturi.
Psicólogo

Roca magmática, la obsidiana va adquiriendo cada vez más un lugar destacado en las preferencias del mundo de las terapias complementarias, tanto que en México ya es reconocida a nivel oficial por el gobierno la formación de terapeutas que la utilizan por sus efectos curativos. Ana Silvia Serrano, creadora del Sistema de Sanación con Geometrías de Obsidiana y experta en esta actividad que también encuentra apoyo en España a través de la Asociación de Médicos y Sanadores de Barcelona, nos cuenta su experiencia personal y profesional, volcada en dos libros, “Obsidiana, piedra sagrada de sanación” y “Osiris, el huevo de obsidiana”.

Ana considera en un plano personal que el aporte fundamental de la obsidiana es que “cumple con el deseo que tuve hace años al pedir al cosmos que los seres humanos pudiéramos aprender a través de la conciencia y no por el dolor”. Y de inmediato enfatiza sus cualidades físicas, químicas y también energéticas: “Permite desinflamar al tener poder de absorción de líquidos, por lo cual es capaz de quitar el dolor del cuerpo, en un hueso, una estructura muscular, un órgano, un sistema. Tiene la capacidad de absorber energía densa estancada, y modifica el pH”, asevera.

Estas acciones van aún más allá, en los planos emocional y mental. Al respecto afirma que “cuando tenemos recuerdos negativos que no nos permiten avanzar en la vida porque estamos atrapados en ellos, la obsidiana los proyecta; debido a su corte conoidal, todo aquello que toca lo expande, lo muestra, lo presenta”. No obstante advierte que “esa es una de las dificultades de la obsidiana, ya que mostrará cosas que tal vez no estemos preparados para ver, por eso recomendamos que su uso sea asistido por un terapeuta”.

Tal como sucede con otros métodos de medicina natural ante episodios agudos, como dolores de cabeza, diarrea, inflamaciones, aclara que no hay que confundirlos con un empeoramiento del mal que aqueja en un momento dado. “Es normal que suceda porque la obsidiana limpia, extrae y proyecta como forma que siempre conduce a la sanación, y lo hace en muchos niveles”.

Ana señala, en cuanto al uso específico, que “la geometría aporta la información que estamos buscando para realizar una terapia que ya cuenta con una metodología específica”. Es así que en casos como la esclerosis múltiple, artritis reumatoide o dolores en cualquier nivel físico, no se emplea cualquier tipo de obsidiana sino aquel que “irá directamente a abrir la memoria de ese órgano o sistema para que se exprese la emoción allí atrapada, liberando la energía retenida”. Para estos casos lo indicado es el “Ixtli, disco de obsidiana que ‘corta’ para abrir cierta información, permitiendo el contacto con las emociones”.

Al mismo tiempo, la terapeuta sostiene que “la enfermedad física para mí no existe porque lo que encontramos son bloqueos energéticos, al limpiarlos se libera esa energía que fluye y la persona sana”, y cita como ejemplos enfermedades como las antes citadas y otras, tales como dolores de cabeza, de trigémino, cáncer, virus de papiloma humano, endometriosis…

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Para poder trabajar con las geometrías de la obsidiana, consideró de particular importancia estudiar el arquetipo de la sombra, propuesto por Carl Jung. “Si no entendía cómo estamos configurados desde nuestro inconsciente, no podía concebir cómo trabajar con una piedra psíquica en nuestro inconsciente”, dice. Dicho estudio la condujo al conocimiento de los arquetipos, los mitos y símbolos, que “para mí –resalta– son el lenguaje del inconsciente y que si no dominamos, ignoramos dónde está el origen de la enfermedad, repitiendo el mito; nuestros bloqueos son cárceles arquetípicas”. “Si entendemos qué arquetipo nos habla –agrega–, recibiremos información de la psique, permitiendo salir de donde estamos atrapados y liberar la energía. Esa estructura energética habla de nuestra historia”.

A través de los mitos, prosigue, “observamos cómo los seres humanos repetimos esas historias”. Las geometrías de la obsidiana rememoran esos mitos, como el de Osiris y Set, y el nacimiento del patriarcado en una sociedad agraria, a fin de tomar conciencia y superar esa etapa de la historia de la humanidad.

Acerca de los libros publicados, su autora explica que en el primero, “Obsidiana, piedra sagrada de sanación”, aborda una propuesta de trabajo con su metodología. El texto expone la utilización del ya citado Ixtli a nivel de chakras. Este tipo de piedra ayuda a desbloquear información que, atrapada en el cuerpo, se transforma en enfermedad, de modo que brotan las emociones contenidas. También cita otro tipo de geometría que se encuentra en la urantia, esfera de obsidiana, que “asemeja al planeta y nuestro viaje a éste, donde venimos a dejar ir todo el karma, aquello que hicimos mal o que no supimos trabajar. Se liberan emociones que no permiten crecer, como el odio, la ira, el apego… y continuamos con el aprendizaje del amor, la iluminación”.

Los procesos de limpieza de esos registros también se traducen a nivel colectivo, tanto en el orden familiar como social, a escala planetaria. “Somos parte de un todo y si cambia mi vibración, la tuya, cambia la de todos”, expresa. Y para ello se fundamenta en los aportes del físico David Bohm, la teoría fractal, el efecto mariposa, el modelo holográfico, entre otros. Por esta razón se realizan numerosas meditaciones globales, agrega.

En referencia al espejo de obsidiana, afirma que es el más indicado para emplearlo en el estudio de los registros akásicos. “Todas las respuestas del inconsciente nos las responde el espejo”, subraya Ana, añadiendo: “En la formación escolar habría dar más información a los jóvenes. Que sepan quiénes son, a qué vinieron y cómo enfocar la energía hacia donde van”.

En el segundo libro, “Osiris, el huevo de obsidiana”, Ana muestra el uso de esta otra forma de obsidiana, que en particular “ayuda al rescate del poder femenino que hemos perdido las mujeres, pero también los hombres”, en estos tiempos en que “hay un despertar de la energía femenina a nivel cósmico y planetario”.

Por último, Ana pone en valor el trabajo de la Sociedad Internacional de Terapeutas de Obsidiana, que forma y certifica mediante el estudio de siete materias, con exámenes ante la Secretaría de Educación Pública, en México. Este reconocimiento oficial permite trabajar en ámbitos hospitalarios. “No es un tema de esoterismo, sino una realidad que los sanadores colaboran con la medicina para llevar la sanación a otra instancia”, concluye.

pablo_arturi@yahoo.com



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