Meditación y tango

Comunicarnos con nuestra dimensión trascendente por medio del baile

Rafael García Perelló
Sistema Vital Tango

Llegar a concebir la propuesta de “Meditación y Tango” fue un periplo marcado por lecturas, conocimiento de personas y experiencias interiores muchas veces difíciles de transmitir.

El viaje comienza con la frase de Thérèse Brosse: “El occidental no debe copiar al oriental, sino construir su propio yoga”.

¿De dónde podría partir el occidental para construir su propio yoga si no es del cristianismo? ¿Cuál es el símbolo que caracteriza a dicha religión? La cruz, que, como todo símbolo, tiene una vertiente esotérica relacionada con la historia, en este caso la muerte de Jesús; y un significado esotérico, relacionado con el desarrollo espiritual.

La cruz nos indica que el desarrollo espiritual consta de dos dimensiones: la vertical, que tiene que ver con la trascendencia, y la horizontal, que nos indica la inmanencia. Ambas dimensiones se encuentran en el chakra del corazón, chakra que es un portal de conexión con el Alma por medio del sentimiento.

En la película “Samsara” se nos ofrece una visión confrontada entre dos religiones. Por una parte, el budismo, en la que predomina la dimensión vertical, y por otra, la religión Wo, en la que se da más importancia a la vida en comunidad.

Ken Wilber, en “Sexo, ecología y espiritualidad”, nos explica la historia de la filosofía de Occidente por medio de la confrontación de románticos y trascendentalistas, y concluye: “Solo Platón y Plotino se dieron cuenta de que el Dios trascendente y el Dios inmanente son el mismo”.

Como la mente nos presenta un mundo bipolar, percibimos dos estados de conciencia confrontados, el del yo individual y el del yo transpersonal. Carlos Frigtman, en su libro “Holomúsica”, nos muestra que la fusión de ambos estados se puede lograr a través de ciertas músicas, en tanto que George Balán amplifica dicha experiencia introduciendo una danza con las manos que sigue los patrones del movimiento determinados por la música.

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En este punto interviene un concepto que se define en Occidente por la terapia Gestalt, pero que está muy presente en la cultura oriental. Me refiero a la autorregulación organísmica, al aplicar dicho concepto trasciendo el esquema de la Musicosofía y siento que todo el organismo participa en el movimiento generado por la música.

La dimensión inmanente del proceso la veo en la relación con el otro, la cual puede establecerse a través de la mirada, pero que aquí la vamos a buscar en la conexión pecho con pecho que encontramos en el tango.

El problema es que las músicas clásicas del tango carecen de la vibración necesaria para llevarnos a un estado de trascendencia, pero eso lo resuelve el tango nuevo, donde hay canciones como “Oblivium”, “Tango para Ébora”, “Querer”, “Sentimientos” o “Dulce de coco”. Ellas nos conducen a estados de sensibilidad que invitan a una conexión profunda con el otro y a adentrarse en un estado de fusión.

Al mismo tiempo, por la vía del movimiento Feldenkrais y Noro Massamichi, nos llevan a concebir el cuerpo, no como músculos y huesos, sino como líneas de fuerza y energía que pueden proyectarse de un cuerpo a otro.

Cuando unimos todos estos elementos, aparece Vital Tango, una forma de meditación en pareja que nos comunica con nuestra dimensión trascendente por medio del baile.

El autor ofrecerá un taller de Vital Tango el domingo 13 de noviembre de 2022, en FestiVa – Foro de Crecimiento Personal, Hotel Senator Parque Central, Valencia. Entrada gratuita.



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