“La dermatología es una rama de la medicina que nos permite hacer diagnósticos con solo mirar, y eso es algo que me fascina. La piel refleja nuestro estado interno, y a través de ella se pueden diagnosticar muchas enfermedades. ¡Los dermatólogos no sólo revisamos lunares! El conocimiento de la piel va mucho más allá, y abarca desde lo más estético hasta las enfermedades más graves. Es una rama de la medicina muy completa y agradecida”, dice Andrea Combalia, médico especialista en dermatología que acaba de publicar “Piel sana in corpore sano” (Grijalbo).
Con bisabuelo, abuelo y padre de la misma profesión, Combalia, que también es profesora de yoga y muy activa en redes sociales, cree firmemente que “un estilo de vida saludable puede prevenir muchas enfermedades” y por ello intenta transmitirlo dentro y fuera de su trabajo.
De ahí nace el proyecto “Piel sana in corpore sano” y dice: “Por muy buena que sea una rutina cosmética, si no viene acompañada de una correcta rutina de vida, sirve de poco”. Por ello, agrega, “la cosmética nos ayuda a potenciar y a mejorar el estado de nuestra piel, pero si fumamos, dormimos mal, descansamos poco, nos alimentamos de manera incorrecta, nos quemamos bajo el sol y bebemos alcohol, de poco sirve”.
Por esa razón señala que “debemos entender la salud como un todo y cuidar nuestro cuerpo a la vez que cuidamos nuestra piel. ¡La piel refleja nuestro estado interno! Y debemos tenerlo en cuenta para lograr su mejor versión”.

Desinformación
Asimismo, advierte que si bien, gracias a internet y las redes sociales, disponemos de información de todo tipo y a todas horas, también hay mucha desinformación. Al apuntar que “la piel nos fascina y hablar de ella está de moda” a través de aquellos canales “recibimos información contradictoria constantemente y eso desconcierta”. Ese fue uno de los motivos por los que decidió abrir sus redes sociales hace unos años y ahora escribir su libro.
Acerca de cuánta importancia debemos darle al cuidado de nuestra piel, la profesional afirma que “toda la que se merece” porque “es el órgano más grande de nuestro cuerpo y tiene muchas funciones. ¡No es únicamente nuestro envoltorio! Y tampoco debemos tratarla únicamente como un tema estético”.
En cuanto a las rutinas cosméticas, advierte que “hay de todo, hay quien peca por mucho y hay quien peca por poco”.
El modo con que cuida su propia piel incluye la práctica diaria de yoga, una alimentación basada en plantas, nada de tabaco ni alcohol, “y mantener el contacto con la naturaleza en la medida de lo posible”.
En lo que se refiere a productos de cosmética, “soy de las que opinan que menos es más –explica–, siempre manteniendo unos mínimos: higiene facial, hidratación, antioxidantes, protección solar, y, si se desea un cambio o una mejora en la piel, añadir activos transformadores”.
Aclara que para ello “no son necesarias rutinas de pasos incontables” ni “usar infinidad de productos” porque “el cuidado de la piel debe ser global, y es un poco lo que intento transmitir”.
Visión holística
Su descubrimiento del yoga y la formación como profesora le permitió tener una visión más holística de la salud. En el campo de su profesión médica, según reconoce, “a veces olvidamos que el cuerpo humano es un todo” y que “hay mucha relación entre las diversas patologías que aparecen en nuestro cuerpo, y no podemos cerrar los ojos frente a ello”.
En este sentido, expresa que “la mala alimentación y el estrés al que estamos sometidos en el siglo XXI tienen mucho que ver con el desarrollo de diversas enfermedades, incluidas las de la piel”.
Por esto “no podemos tratar la punta del iceberg sin trabajar todo lo que hay debajo”. Sin embargo, añade, “cada vez somos más los especialistas que colaboramos entre nosotros para ofrecer tratamientos y abordajes globales”.
Como profesional y autora, Combalia concluye que su trabajo aspira a que aprendamos “qué es la piel, para qué sirve, cómo funciona y su relación con nuestras emociones internas. Cómo nos afectan el sol, la temperatura y el estilo de vida, y cómo cambia la piel a lo largo de los años”. También, que conozcamos “todos los secretos acerca de nuestro pelo, y aprendamos a elegir productos cosméticos y organizar las rutinas basándonos en la actual evidencia científica. Somos unos desconocidos en nuestro propio cuerpo y debemos aprender a cuidarlo”.