El aceite de menta se obtiene de la menta (Mentha piperita) que crece en Europa y América del Norte. Sus hojas y el aceite esencial de menta se han utilizado con fines de salud durante miles de años; se mencionan en registros del antiguo Egipto, Grecia y Roma.
El principal compuesto activo de la menta es el mentol, que reduce las contracciones del músculo liso -que se localiza en órganos como el estómago, el intestino, el útero, la vejiga, y también en los vasos sanguíneos- al bloquear los canales de calcio.
El mentol tiene un efecto antiespasmódico particular en el tracto digestivo.
Usos
Síndrome del intestino irritable (SII): varios estudios han demostrado que el aceite de menta en cápsulas con recubrimiento entérico puede ayudar a aliviar los síntomas del SII, como dolor abdominal, distensión abdominal y gases.
Un estudio realizado en Taiwán encontró que tomar las cápsulas de 15 a 30 minutos antes de las comidas mitigaba significativamente los síntomas del SII.
El aceite de menta (una o dos cápsulas tres veces al día) puede reducir los espasmos o calambres musculares y aliviar el dolor y el malestar abdominal.
También se usa para tratar el crecimiento excesivo de bacterias intestinales.
Dolores de cabeza tensionales: el uso en la piel de la cabeza y el cuello se considera un tratamiento estándar para el dolor de cabeza tensional. Puede ser tan eficaz como la aspirina o el acetaminofén (Paracetamol).
Dolores musculares: el mentol en el aceite de menta puede ayudar a aliviar los dolores musculares activando los receptores sensibles al frío en la piel, lo que provoca una sensación refrescante después de aplicar el aceite.
Picazón: por el mismo mecanismo, este aceite esencial puede ayudar a aliviar la picazón.
Tos y resfriados: alivia la tos y los síntomas del resfriado al inhalar menta. En algunos casos, niños involucrados en estudios realizados con tal fin afirmaron que su congestión nasal desapareció después de inhalar vapor mentolado.
Artritis reumatoide: las propiedades analgésicas, anestésicas y antiinflamatorias naturales de la menta pueden ayudar a aliviar el dolor y la rigidez de las articulaciones.
Precauciones
Tomado internamente, el aceite de menta puede causar acidez estomacal, náuseas y vómitos, y el uso de aceite de menta en la piel puede causar erupciones cutáneas e irritación. No aplicarlo en la cara o el pecho de bebés o niños pequeños. Pueden ocurrir efectos secundarios graves si los niños lo inhalan.
Debido a que el aceite de menta está altamente concentrado, solo deben usarse unas pocas gotas de aceite esencial sin diluir para fines de salud.
No es aconsejable ingerir aceite de menta durante el embarazo y la lactancia; restringir el uso a la aplicación tópica puede ser la mejor opción para las madres lactantes y futuras madres.
Té de menta
Debido a que la menta está tan arraigada en nuestras mentes como ingrediente de los dulces o chicles, tendemos a no pensar en ella como un remedio poderoso. De hecho, es un tratamiento eficaz y de primera línea para el malestar estomacal, ideal para tratar la indigestión y el malestar tras una comida copiosa. Antes de tomar los antiácidos en esta situación, prueba el té de menta.