Sobre los yogas y Raja Yoga

La diversidad en la Unidad del ser humano

Emilio Carrillo

A lo largo de la historia, el Yoga ha sido conceptualizado de dos grandes formas: como Realización de la Unidad (modo de tomar consciencia de la Unidad subyacente en la diversidad), y como la inhibición de las modificaciones de la mente (cese de las turbulencias emocionales y mentales). Esta última es la definición que se aporta en el segundo de los Yogas-Sutras de Patanjali, que se remontan a cerca dos mil quinientos en su tradición oral y en los que hallan su fundamento todas las tradiciones y escuelas de yoga hoy existentes.

De esto se trata: de terminar con todas las perturbaciones emocionales y mentales, con sus efectos en el cuerpo físico, pues no cabe ninguna toma de consciencia de la realidad y la vida mientras aquellas estén presentes en nosotros: es como una lámina de agua en movimiento, lo que impide ver el fondo que hay bajo ella y hace que nuestra mirada quede atrapada en lo superficial, en el vaivén de esos movimientos. Por esto, afirmar que el Yoga es la Realización de la Unidad o la inhibición de las modificaciones de la mente es básicamente lo mismo: lo primero está relacionado con la filosofía del Yoga; lo segundo, con su técnica.

Los diferentes yogas

El ser humano es una expresión de la Unidad. Y también en él se plasma la diversidad en la que esta se manifiesta, lo que lleva a identificar en la persona siete grandes componentes: físico denso, físico etérico, aspecto emocional o astral, ámbito mental ligado a la mente concreta o inferior, cuerpo causal (relacionado con la mente abstracta o superior y en el que se incluye el alma individual), Alma Universal y Espíritu. Los cuatro primeros configuran el cuaternario inferior y perecedero, esto es, el pequeño yo y la personalidad a él asociada, y los tres últimos, el Yo o Trinario Superior e imperecedero.

A la complejidad de esta constitución septenaria del ser humano obedece precisamente la existencia de los distintos Yogas, que no deben ser entendidos como compartimentos estancos, pues están todos mutuamente interrelacionados. En el fondo, hay un único Yoga, que aparece en formas distintas según el componente de la referida constitución septenaria en el que se centre la atención y la acción.

Solo con base en todo lo anterior se puede hacer mención a diferentes Yogas:

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Hatha Yoga: Parte del control del cuerpo físico denso y también se relaciona, a través del pranayama, con el cuerpo etérico. Su propósito es tomar consciencia de lo Divino desde la calma total del cuerpo físico denso por medio de su dominio absoluto y del despertar de los Chakras, que son los puntos de comunicación entre el cuerpo físico denso y el cuerpo físico etérico.

Bhakti Yoga: Parte del cuerpo emocional (astral). Su propósito es tomar consciencia de la Unidad en cada uno, dirigiendo todas las emociones hacia esa la propia divinidad. Es la vía de la devoción, de la adoración constante, que canaliza las emociones y las purifica al eliminar todo carácter personal.

Jnana Yoga: Parte del nivel superior del plano mental (mente abstracta, ligada al cuerpo causal) y su propósito es tomar consciencia de lo Divino por la vía del conocimiento, que profundizando en lo múltiple lleva a la comprensión del Uno, es decir, a la Sabiduría-Compasión.

Karma Yoga: Está relacionado con la personalidad en su conjunto y conlleva acción. Esta se realiza en el plano físico, pero las motivaciones se sitúan en los niveles emocional y mental inferior (mente concreta o inferior). La vía propuesta por el Karma-Yoga es la de la consagración de todas las acciones a lo Divino y de la serena aceptación de cualquiera que sea su resultado.

Raja Yoga o Yoga Real

Existe otro Yoga que es para todos y que, en su fase de preparación y fundamentos, incluye todos los demás Yogas. Es el Raja-Yoga o Yoga Real. Se dirige a calmar la mente por la meditación y apunta directamente al despertar de la consciencia en el plano del Yo Superior.

Es tan importante como transcendente despertar esta Consciencia Espiritual, pues al ser divina y, por tanto, perfecta en esencia, todas sus cualidades deben pasar del estado latente, del estado de semilla, al estado de plena expansión. Este es el objetivo que se propone el Raja-Yoga por medio de la meditación. En sus prácticas de preparación, incluye sólo lo que es estrictamente necesario en los diferentes Yogas enunciados para que los diferentes componentes de la personalidad puedan dejar ver ese despertar progresivo de la Consciencia.

Al hilo de esto, el Raja-Yoga trabaja en todos los planos a la vez: desde el exterior, con puesta de la personalidad al servicio del Yo Superior; y desde el interior, con la llamada a la expresión de ese Yo Superior por medio de la meditación. En los demás Yogas, el trabajo se logra en un campo muy concreto y, una vez alcanzada la toma de consciencia de la Unidad en ese campo, todo lo demás se daría por añadidura.

En el Raja-Yoga, el aspirante debe trabajar en todos los planos de su ser desde el primer momento. Su desarrollo, su expansión, se hacen de manera conjunta y armónica desde el principio hasta el final, mientras que en los otros Yogas siempre existe un cierto riesgo de desequilibrio.

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