Aurelio Álvarez Cortez
“Atisbamos que hay más, mucho más, pero no alcanzamos ni a concebirlo”. Javier Urra, psicólogo, profesor en la Universidad Complutense de Madrid y académico de número de la Academia de Psicología de España, expresa de este modo su opinión acerca del poder de entendimiento del ser humano ante una realidad infinita, ilimitada.
Urra es autor de “El ser humano, un ser espiritual”, publicado por Desclée De Brouwer, obra en la que fundamenta, entre otras cosas, la necesidad de terapia de sentido en adultos y de dotar a los niños de una dimensión espiritual. A continuación, su pensamiento en torno a algunos puntos abordados en dicho título editorial.
-Mientras está extendida la idea de que el ser humano percibe la realidad desde lo sensorial, usted señala que lo hacemos desde nuestra interioridad. ¿Vivimos una ficción?
-Quizás percibamos más lo epidérmico que lo profundo. Tampoco los volcanes se aprecian hasta que entran en erupción. Que no seamos conscientes no quiere decir que no sea real.
-¿Es posible que a través de nuestras limitadas mentes podamos acceder, entender, una realidad que en principio se presenta infinitamente ilimitada?
-Creo que no. Atisbamos que hay más, mucho más, pero no alcanzamos ni a concebirlo. En todo caso el formularnos preguntas sin respuestas nos diferencia mucho de otras especies.
-¿Cómo observa la relación actual entre ciencia y espiritualidad?

-Existen puentes importantes, siendo que muchos científicos empiezan a percibir que no se puede dar la espalda a una parte esencial de la persona, del ser humano, que ya dejó reflejado desde el paleolítico.
-¿Una vida espiritual sincera puede tener lugar fuera de una estructura religiosa formal?
-En principio sí, siempre y cuando no se trate de un autoengaño y de una facilitación consumista.
-¿La espiritualidad puede entenderse sin el reconocimiento, el compromiso y la acción para con los demás?
-Yo entiendo que no, categóricamente no.
-¿Y con la naturaleza?
-Tampoco.
-¿Qué tipo de relación existe entre metafísica y espiritualidad?
-La espiritualidad es mucho más amplia y no requiere de planteamientos profundamente filosóficos, se siente, se practica, se vive.
La metafísica sería la racionalización o búsqueda de la misma, de la espiritualidad.
-¿Se puede definir a la espiritualidad, también, como una herramienta terapéutica?
-Sin duda sí. Incluso autores como Viktor Frankl la utilizó. Y mi experiencia personal en algunos casos de profunda espiritualidad y/o convicción religiosa me ha demostrado, a lo largo del tiempo, que cura heridas.
-¿En qué medida la meditación y la oración benefician el bienestar personal?
-Yo creo que bastante. Es una forma de encontrarse consigo mismo, de parar, de alcanzar fronteras que escapan a nuestras limitaciones.
-¿De qué modo cree que hay que presentar a los niños la espiritualidad?
-En primer lugar, viviéndola, dando ejemplo, llevándolos a un campamento, mostrándoles la desigualdad social, enseñándoles la belleza de la que nos dota la naturaleza y otros seres humanos; transmitiéndoles valores, virtudes, más allá de la ética y de la moral. Aportándoles dilemas, formulándoles preguntas. Escuchándolos.
-¿Cuál es su pensamiento respecto de los dogmas religiosos?
-Que se creen o no. No cabe confirmarlos pues esa es una característica propia de los dogmas, son actos de fe.
-Cuando dice que el camino de la espiritualidad se recorre solo pero no en soledad, ¿qué quiere expresar?
-Que vamos juntos pero hemos de recorrerlo individualmente, sabedores que otros nos han antecedido, nos continuarán y otros van en paralelo a nosotros o nosotros a ellos.
-¿Es una utopía plantear que la sociedad actual debe buscar lo más elevado?
–Creo que no es una utopía, considero que muchísimas personas estamos en ello. Algunos lo expresamos y otros no saben que están en el camino pero lo están.
La especie humana es una especie en evolución.