Carla Iglesias.
Aqua Aura
Para muchas personas ya en un largo camino de autoconocimiento el trabajo con cuarzos blancos, también llamados “cuarzos maestros”, es una base de trabajo diario en meditaciones y un soporte energético de alta vibración energética. Los cuarzos, refiriéndonos a los chakras, están situados en el 7° chakra y culminan con su luz todos nuestros trabajos energéticos.
Un cuarzo transparente siempre es un comodín en una terapia, también un potenciador de cualquier mineral y un gran consejero, ya que nos conecta directamente con nuestro Ser.
Pero existe un tipo curioso de cuarzo, últimamente llamado cuarzo chamánico, conocido como cuarzo jardín o simplemente clorita, como gemológicamente siempre ha sido denominado.
Este mineral es especial y muy completo para un terapeuta ya que nos une con las fuerzas de la naturaleza. Muchas veces el simple hecho de vivir en una ciudad, no respirar aire puro, no tocar la tierra o sentir el viento en nuestro cuerpo, nos hace poco a poco ir desconectando con nuestra verdadera fuente de luz y espiritualidad. Los cuarzos chamánicos tienen verdaderos paisajes por dentro, inclusiones que nos hacen viajar a otros mundos y reconectar con los devas y guías de la naturaleza, devolviendo así la estabilidad y el equilibrio psíquico y energético a nuestro Ser. El trabajo con ese cuarzo es sencillo y los resultados muy rápidos.
Después de encontrar nuestro cuarzo, lo primero que hay que hacer es limpiarlo con agua limpia, que fluya (si fuera de lluvia sería perfecto). A continuación lo dejamos un par de horas en la tierra. Lo ideal es en el campo, pero una maceta grande con una hermosa planta es suficiente.
Cuando nuestro cuarzo esté limpio lo podremos potenciar ahumándolo con palo santo, árbol sagrado de Sudamérica, cuya madera resulta ser muy potente y de alta vibración.
Al encender la madera del palo santo también es aconsejable que nos ahumemos a nosotros mismos, consiguiendo así un hermoso y potente momento de conexión con nuestro cristal. Luego una manera de programar el cuarzo es hacer tres respiraciones profundas exhalando sobre nuestra piedra.
Las meditaciones pueden ser cortas, pero siempre serán profundas e intensas. Si la piedra es pequeña, la pondremos con su punta hacia arriba en nuestra frente… y nos visualizaremos en un hermoso paisaje, donde pediremos que los elementos de la naturaleza nos hablen, nos guíen y nos reconecten con nuestro verdadero Ser.
También podemos llevar una pequeña piedra en el bolsillo o como colgante y seguir nuestro ritmo diario y frenético de vida en la ciudad, pero con ese aporte energético de alta vibración, donde la información siempre será que ese medio ha sido creado por el hombre, necesario a pesar de que no es nuestro verdadero Hogar.
La reconexión de nuestro cuarzo chamánico nos hará sentir mejor, dentro del caos, y sabremos separar lo irreal de lo verdadero. Respirando de manera consciente aunque sea en plena ciudad, entre coches y ruidos, nos daremos cuenta de que la vibración pura la llevamos consigo y, estemos donde estemos, la fuerza de nuestra madre naturaleza está siempre en nosotros.
Los cuarzos son seres de Luz que nos han sido entregados para ayudarnos en nuestro día a día. Cada vez que nos unimos a ellos nuestra energía se alimenta y se recarga de vibración pura, limpia y positiva.
Seguiremos respondiendo vuestras dudas en el correo electrónico carlaisanf42@gmail.com
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