Andrés Tarazona
En todas las viviendas hay una zona concreta en la que la energía vibra con la misma frecuencia que la calidad de autoestima de las personas que viven en ella.
En nuestro interior, todos sentimos cómo influye la calidad de nuestra autoestima en muchos aspectos de nuestra vida.
La calidad de esta vibración va en función del grado de consciencia que tenemos sobre nuestra propia forma de amar y de amarnos.
- Hay quienes se sienten a sí mismos únicamente como una expresión física y limitan su concepto de autoestima al aspecto material de su existencia. Suelen sentir que aman y se aman por medio de detalles materiales.
- Hay quienes tienen un nivel más profundo de autoconcepto y comienzan a valorar aspectos más sutiles como la tranquilidad, la escucha, la armonía, la alegría… y buscan tanto darse a sí mismas como dar a su alrededor un nivel más profundo de bienestar.
- Más allá de este segundo nivel, están las personas que han logrado sentir en su propio interior una realidad trascendente que no está sujeta a las leyes físicas ni emocionales.
Han logrado sentir una llama interior que aumenta en función, no del nivel, sino de la calidad de amor que sienten y experimentan.
Logran sentir que el amor no tiene una doble dirección −hacia uno mismo o hacia los demás−, sino que el amor es su expresión más sutil y que lo abraza todo. Reconocen y cuidan allí donde realmente pueden Ser sin esfuerzo. Además, sienten que el mayor regalo que pueden ofrecer es facilitar que los demás también Sean.
Estos tres tipos de grados son los que reflejan nuestra vivienda según su distribución, su decoración y la orientación de la puerta de entrada.
Las tres formas más comunes en los que se reflejan son las siguientes:
- Las personas más materiales suelen mostrar en esta zona de su vivienda una tendencia muy marcada a la frialdad y a la necesidad de tener todo controlado eligiendo en exceso los tonos blancos.
- Las personas que logran valorar el factor emocional suelen, según si su autoestima está más o menos equilibrada, mostrar en esta zona una calidez agradable y cercana para ellos o para los demás.
- Las personas que viven la vida desde una consciencia más amplia suelen reflejar de forma innata en esta zona su propia capacidad de iluminar. Lo hacen con iluminación natural y luces suaves y agradables.
Si no conoces la zona de tu casa que muestra el reflejo de tu autoestima y sientes la necesidad de mejorar esta vibración en tu interior, estos consejos pueden ayudarte:
- Conecta con tu propio nivel de autoestima y recorre tu vivienda tratando de sentir aquellas áreas que generan en ti un cambio en tu vibración.
- Trata de no juzgarlas, simplemente de sentirlas y de percibir si el cambio que esas zonas generan en ti es de más fortaleza o de debilidad.
- Si has logrado identificar alguna zona que te fortalezca, prueba a permanecer en ella unos 10-15 minutos al día y conecta con aquello que surge en tu interior. Por ejemplo, más determinación, necesidad de marcar límites, hacer cambios en algún aspecto de tu vida…
- En las áreas que hayas notado debilidad prueba también a sentirte en ellas, pero un poco menos de tiempo, con 5-7 minutos puede ser suficiente. Conecta en estas zonas con las sensaciones interiores que te generan. Por ejemplo, exceso de empatía y comprensión, tendencia a la sumisión, falta de espacio…
- Una vez tengas bien definidas tanto las sensaciones que te fortalecen como las que te debilitan, prueba, durante unos 7 días, a iluminar, con una luz un poco más intensa de lo habitual, las zonas en las que has sentido cambios.
- La vibración de la luz y del Amor están conectadas y aumentar la luz de tus zonas débiles puede ayudarte a mirarte con más amor y a encender esa misma luz en tu interior para elevar tu vida y aquellas tendencias que te debilitan.
- El aumento de luz en las zonas de fortaleza te ayuda a sentir con claridad cómo aplicarlas en tu vida.
Te recomiendo, sobre todo si eres una persona sensible, que no actives o ilumines todas las zonas a la vez.
Una vez tengas definidas las zonas débiles y fuertes, puedes dedicar una semana a activar una en concreto o máximo dos (una de cada), para poder sentir e integrar con calidad aquellos mensajes que surgirán de ti con tu nueva luz.
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