Juan Carlos Rodríguez
Hace años, Carol Dweck y sus equipos de investigación habían recopilado datos que respaldan un hallazgo indiscutible: cada individuo tiene una creencia fundamental acerca de su forma de aprender. Esta doctora en psicología y profesora en la Universidad de Stanford estudió cómo influyen dos tipos de mentalidades en la vida de la gente: la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento. Y llegó a la conclusión de que las personas con mentalidad de crecimiento tienen más éxito en todos los aspectos de la vida y viven con menos estrés. Así lo hizo en su publicación “Mindset”.
Una persona con mentalidad de crecimiento ve el esfuerzo como la vía hacia la maestría. También acepta los desafíos a pesar del riesgo, enfrenta la adversidad, aprende de las críticas y encuentra inspiración en el éxito de los demás. Como consecuencia, logra excelentes resultados.
Los estudios han demostrado que las citadas mentalidades conducen a comportamientos dispares en cuanto al aprendizaje, lo que a su vez da lugar a distintas consecuencias.
Cuando las personas cambian de mentalidad y empiezan a creer que pueden aprender en mayor medida, cambian su forma de aprender y consiguen un mayor provecho.
A partir de este hallazgo, Jo Boaler, profesora de Educación Matemática en la Universidad Stanford y cofundadora de YouCubed (una plataforma con herramientas de ayuda para la formación de profesores), consideró necesario enseñar a los alumnos acerca de las mentalidades dentro del campo de las matemáticas.
Analista para el estudio PISA en la OCDE y autora del primer curso en línea masivo y abierto sobre enseñanza y aprendizaje matemático, Boaler lo explica y desarrolla en su libro “Mentalidades matemáticas”, publicado por Sirio.
Lo que sabemos sobre el cerebro tiene mucho que ver en todo esto “y el aprendizaje de las matemáticas es sumamente potente e importante”, reflexiona la profesora.
Las ideas expuestas en “Mentalidades matemáticas” se presentan también en un curso para maestros y padres, online, masivo y abierto, conocido por sus siglas en inglés, MOOC, cuyos resultados fueron sorprendentes y han superado todas las expectativas.
A través de dicho curso, Boaler advirtió lo que muchos ya sabíamos: no pocos individuos han experimentado un trauma en relación con las matemáticas. “No solo descubrí lo muy extendidos que están estos traumas, sino que la información que recopilé mostraba que se alimentan de las creencias incorrectas relativas a las matemáticas y la inteligencia”, comenta.
Ni un don ni más inteligencia
La profesora Boaler señala que no solo las ideas negativas que prevalecen sobre esta cuestión derivan de “prácticas de enseñanza dañinas”, sino que proceden de una idea muy acentuada, que se encuentra en la raíz del fracaso y el bajo rendimiento académico en el ámbito de las matemáticas. ¿Cuál es? Pues que “solo algunas personas pueden dominarlas”. Es decir que las matemáticas están asociadas con un «don» que algunos han recibido y otros no.
Esta creencia está muy extendida en todo el mundo, con algunas excepciones, como China y Japón, que encabezan el ranking del éxito en matemáticas a nivel planetario. Pero no nos detendremos en esta singularidad.
De acuerdo con la nueva mirada sobre las mentalidades, Boaler apunta a que parte del cambio que necesitamos ver en el campo de las matemáticas es el reconocimiento de su naturaleza creativa e interpretativa. En otras palabras, además de razonamiento, también requieren creatividad, establecer conexiones e interpretar métodos.
Y hay más mitos por derribar: como aquel que dice que las personas a las que se les dan bien son las más inteligentes.
En síntesis que saber matemáticas ni es un don especial ni demuestra más inteligencia en nadie.
Entre paréntesis, convendría reconocer que las ideas relativas a la mentalidad se pueden infundir precisamente a través de las matemáticas. Y esto podría traducirse en que tanto los profesores en el aula como los padres en el hogar “pueden transformar las ideas, experiencias y futuras oportunidades laborales de alumnos e hijos abordando las matemáticas con una mentalidad de crecimiento”.
Las ideas que propone Boaler en “Mentalidades matemáticas” incluyen prestar atención a los planteamientos matemáticos con los que trabajan los alumnos, los modos en que son alentados o calificados, las formas de trabajar en grupo en el aula, cómo se abordan los errores, las reglas instauradas en clase, así como los mensajes relativos a las matemáticas que se pueden dar a los estudiantes y las estrategias para abordar la asignatura.
Esta nueva forma de enseñanza se compromete con el crecimiento, la innovación, la creatividad y la realización del potencial asociado a las matemáticas.
Impacto laboral
Según trabajos de investigación de H. Rose y J. Betts, los cursos de matemáticas avanzadas están asociados a un salario un 19,5 % mayor diez años después de la educación secundaria.
Los estudios han revelado que quienes asisten a clases de matemáticas avanzadas aprenden unas formas de trabajar y pensar —razonar y aplicar la lógica— que se traducen posteriormente en un empleo mejor remunerado.