Según se reconoce en el campo de la psicología, una creencia es una idea, pensamiento o doctrina admitida como verdadera, sin necesidad de pruebas o argumentos demostrables.
En otras palabras, se trata de una convicción de carácter subjetivo, que puede originarse a partir de una experiencia personal, como también de la educación o el medio social y cultural. Además, las creencias son religiosas, políticas o personales.
De acuerdo con sus características, las creencias pueden ser plenas, que son aquellas que se aceptan como certezas; parciales, a las cuales se les otorga cierto grado o nivel de confianza o se consideran en forma provisional, y limitantes, que están arraigadas profundamente, a pesar de que se experimentan como realidades y que pueden impedir que los individuos logren mayor desarrollo en sus vidas.
Y este estado psicológico, en el que se acepta algo como verdadero basándose en la confianza o el convencimiento, se distingue del saber ya que este demanda una base demostrable, sólida y consistente.
John Grinder, cocreador de la Programación Neurolingüística (PNL), enfoque de la comunicación, el desarrollo personal y la psicoterapia desarrollado en la década de los 70 del siglo pasado, en una entrevista que nos concedió en los primeros años de la difusión de esta nueva disciplina, se refirió a las creencias y los conflictos que se originan a partir de ellas, y dijo lo siguiente:
“Permíteme expresar que yo no tengo creencias y, puedo afirmarlo, es posible vivir sin el peso de las creencias. Las creencias son filtros. Si me pongo filtros en mí mismo, estoy robándome información que puede ser muy útil y que contiene datos incongruentes de mis creencias. Con los filtros estoy perdiendo la raíz de las correcciones a los mapas internos (representaciones de la realidad) que estoy construyendo.
“Cuando hablamos de una creencia, nos referimos a algo que es ciento por ciento incuestionable. Veamos. Existen dos sistemas de conocimiento: el inductivo y el deductivo. En un sistema de lógica inductiva no se puede llegar nunca a una certeza. En un sistema inductivo, en el momento en que intentas saltar a un principio ciento por ciento irrefutable estás cortando la raíz de las correcciones que tienen que aparecer para continuar aprendiendo.
“Todo el mundo tiene el derecho de tener cualquier tipo de creencias, pero si estas conducen a conflictos, necesitamos hablar, negociar.
“Es enorme la diferencia entre una persona que aprende toda la vida y otra que ha decidido que las cosas son así, de una forma y no de otra. Yo prefiero aprender toda mi vida”.