Emi Zanón
Escritora y comunicadora
“Es una buena amiga y, sin embargo, nadie la quiere. Cuando tenemos estrés, allí está ella para obligarnos a descansar. Cuando nos sentimos pesimistas, allí está ella para avivar el optimismo y la esperanza. Cuando hemos perdido el rumbo de nuestra nave, allí está ella para darnos el giro necesario. Cuando cometemos excesos con nuestro cuerpo, allí está ella para alertarnos. Siempre que la necesitamos… allí está ella y, sin embargo, nadie la quiere”.
“La enfermedad es en realidad nuestra aliada; nos obliga a mirar dentro de nosotros y a sanar aquellas pautas erróneas que nos alejan de nuestro gran tesoro: la salud”.
XL – La amiga. De mi libro “Dayal, miradas al interior”
Nuestro cuerpo físico está diseñado, creado para gozar de buena salud. Es una máquina perfecta en origen con una alta vibración energética.
Sabemos hoy que muchas de las enfermedades emergentes como la fibromialgia y muchos cánceres son el resultado de la infinidad de tóxicos -destacando los metales pesados- que contaminan el aire, el agua, la tierra, y con ello los alimentos que ingerimos.
Del mismo modo, la contaminación electromagnética de todos los dispositivos móviles, televisores, antenas, etcétera, aumenta la tensión sanguínea, el estrés y perturba el nivel de energía natural del cuerpo, derivando en cansancio, vértigo, desorientación y otros síntomas.
Sin embargo, no todo el mundo padece de la misma manera estos efectos adversos y enfermedades. Entonces, ¿por qué unas personas enferman y otras no? ¿Por qué unas son más vulnerables que otras?
Sencillamente, porque no se les da el caldo de cultivo adecuado para que se desarrollen. ¿Qué quiere esto decir? Pues que la mayoría de estas enfermedades viene dada por una o varias pautas de conducta erróneas a otros niveles: bien emocional, mental o espiritual.
Por ejemplo, y muy importante, no saber gestionar bien las emociones (los pensamientos negativos enferman); asumir tópicos y creencias negativas como “la edad no perdona” -bien instalada en las mentes en general-, y esa desconexión del espíritu o vacío existencial que nuestra sociedad contemporánea experimenta en buen grado y trata de suplir principalmente con el consumo en general (alcohol, drogas, series, compras…), a veces, compulsivo.
En 1983, los doctores en medicina y psicoterapia Thorwald Deihlefsen y Rüdiger Dahlke escribieron un libro fascinante llamado “La enfermedad como camino”.
“Un método para el descubrimiento profundo de las enfermedades. Todos los síntomas tienen un sentido profundo para la vida de la persona: nos transmiten mensajes del ámbito espiritual, y de su adecuada interpretación dependerá nuestra capacidad de recuperarnos”, citan.
Un libro pionero en la investigación de la enfermedad que llegó a España una década después y que se ha convertido en todo un clásico vigente hoy en día en el mundo de la psicoterapia. En él se aborda la enfermedad (infecciones, corazón, riñones, respiración, cánceres… por citar algunas) y su significado de una manera amplia y profunda.
Para completar esta información, y animaros a investigar, añadiré otro clásico: “Usted puede sanar su vida”, de la maravillosa investigadora, escritora y oradora Louise L. Hay, quien nos dejó en 2017. Ella nos dijo que la desesperanza, el resentimiento y la falta de amor a uno mismo explican el origen de muchas de nuestras dolencias y nos propone amarnos y aceptarnos tal como somos aquí y ahora.
Define en el libro, además, los nuevos modelos mentales que pueden hacer que reemplacen los pensamientos negativos por la sanación y la liberación que nos otorga el Amor a nosotros mismos.
Ámate por encima de todo. Cultiva los pensamientos positivos a pesar de lo que ocurra y de esa manera mantendrás una elevada vibración que te hará inmune a la enfermedad.
El Amor, la clave de nuestra preciada salud.
¡Feliz octubre!