La inteligencia espiritual

"El siglo XXI será espiritual o no será". André Malraux

Martín Ribes.
Formador en Chamanismo. Práctico Contemporáneo®.
Instructor de Firewalking

Esta frase profetizada por el brillante escritor y político francés nos advierte que si no tenemos en cuenta nuestra dimensión espiritual y omitimos su desarrollo en nuestra cultura occidental, no sólo vamos a seguir muy desorientados y arrastrando unas vidas carentes de significado –lo cual nos llevará sí o sí a mucho sufrimiento e infelicidad– sino que incluso podría suponer el final de la partida.
Nadie inteligente a estas alturas puede ya dudar del valor de la inteligencia para la supervivencia de las especies. Pero no hay sólo una inteligencia.

Estudios recientes sobre la evolución de la inteligencia nos hablan del paradigma las inteligencias multiniveles y que básicamente se pueden dividir en tres categorías principales.

El primer nivel lo ocuparía la Inteligencia Emocional, que es la inteligencia más básica y primitiva, basada en nuestros instintos y en los impulsos más viscerales y reactivos. Está, sobre todo, relacionada con el cuerpo y el sentir. Es por supuesto, como todas, una inteligencia muy importante para la supervivencia y la continuación de la vida. Cuanto mayor conocimiento y dominio tengamos sobre ésta, más consciente y equilibrado será nuestro pasar por la vida.

Ya decía Aristóteles que educar la mente sin educar el corazón, no es educar en absoluto.

En el segundo nivel contamos con la Inteligencia Intelectual, la gran reina del mundo occidental entronizada por Descartes con su famoso pienso, luego existo. Es la que nos diferencia a los humanos de los animales y está fundamentada en nuestra habilidad de razonar y en el pensamiento lógico. Incluye nuestra capacidad de socializar, de comunicarnos mediante la palabra y de crear una cultura. La Inteligencia Intelectual estaría relacionada con las actividades de la mente, el pensar.

El tercer nivel de la inteligencia –y la que estimo que más necesitamos desarrollar en estos tiempos los occidentales, tan hipersaturados de racionalismo– es la Inteligencia Espiritual. Aunque los teóricos la atribuyen únicamente a la especie humana –punto de vista que no comparto– está basada en la sabiduría y en nuestra capacidad de interpretar la realidad desde una visión más amplia y profunda. Tiene que ver con el bienestar, con disfrutar de una vida plena. Es acerca del ser.

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Trabajando desde la visión holista del chamanismo, cuando una persona viene a consulta buscando asesoramiento por un desequilibrio físico o emocional, abordamos el síntoma trabajando no sólo la dimensión corporal, sino también la mente y el espíritu. Del cuerpo se ocuparán los profesionales especializados en ello, ya sea el médico, herborista, osteópata o quien sea pertinente. Y en paralelo, nos afanamos en educar su mente, corrigiendo su interpretación de la realidad y su confusión de identidad, y en la curación de su espíritu. Es un suma y sigue.

La sanación perdurable incluye también una eficiente autogestión. Por esto, además le enseñamos técnicas prácticas y fáciles de aplicar para que las trabaje en casa, que le harán desarrollar su Inteligencia Espiritual y le recordarán a diario que es un espíritu contenido temporalmente en un cuerpo. Y esto tenemos que practicarlo a diario para no perdernos en el seductor sueño de la realidad ordinaria.

De mi propia experiencia y de la de cientos de alumnos y clientes que han pasado por nuestras aulas, constatamos la inmensa eficacia del viaje chamánico como herramienta ancestral y plenamente vigente para poder expandir nuestra conciencia y sobrepasar la limitada visión del ojo humano, y así experimentarnos en otra dimensión, en esa dimensión espiritual en la que comprenderemos, desde una visión más amplia, qué somos y por qué nos pasa lo que nos pasa en la experiencia humana.

Nuestra vocación de enseñar chamanismo en entornos urbanos se basa, además de ampliar la capacidad de trascendencia y de experimentar lo sagrado, en utilizar los recursos de la espiritualidad para resolver los problemas prácticos de la vida. Porque aparte de sanar –que ya es solucionar un problema práctico– con el viaje chamánico podemos consultar a modo de guía qué debemos hacer en circunstancias de desequilibrio personal o colectivo, o cuando se requiere tomar decisiones.

En el pasado se le consultaba al chamán para saber dónde estaba el venado a la hora de ir en busca de alimento y éste entraba en visión para preguntarle al Espíritu de la Gente Ciervo qué itinerario debían tomar los cazadores y cuántas piezas podían cazar para mantener el equilibrio natural. Igualmente ahora podemos entrar en visión para preguntar qué le pasa al espíritu de una empresa y qué cambios se han de dar para que funcione bien. Y así un sinfín de posibilidades en las que podemos usar los recursos de la espiritualidad para resolver los problemas prácticos de la vida.

Así que hagamos uso de ese maravilloso regalo legítimo de nuestra Inteligencia Espiritual, pues con ello lograremos comprender, integrar y experimentar en primera persona nuestra unidad con el Todo y lo demás nos vendrá por añadidura.

Que así sea… ¡Ahó!

El 21 y 22 de enero de 2017 Martín Ribes y Ana Pérez facilitarán en Espai Blanc de Valencia el taller de 2 días “El Aprendiz de Chamán”. Un taller en el que desarrollarás tu Inteligencia Emocional y aprenderás Técnicas de Sanación Chamánicas muy fáciles de aplicar para ti y tus seres queridos. Información en www.epopteia.es, 615 856 360 , info@epopteia.es



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