Suena el despertador. Como cada mañana, te levantas y segundos más tarde estás frente al espejo. Aquí comienza un tipo de “nutrición álmica”. Te tomas unos segundos para sonreír y observar qué pensamientos surgen en este momento.
¿Qué te motiva hoy? ¿Cuál es el sentido de lo que emprenderás este día?
Lo que hagas es una pequeña gran parte del Trabajo Universal. Recuerda: eres parte de un mundo que sin ti no es el mismo. Eres importante.
Una vez más, sonríe y prepárate para compartir esa luz impar que tienes.
A media mañana interrumpes lo que sea que estés haciendo. ¿Qué es lo que más te entusiasma en la vida? ¿De qué estás orgulloso ahora mismo? ¿Qué es lo que más placer te da? ¿Con qué disfrutas?
Llega el mediodía y puedes plantearte algunos tips energizantes:
Celebro que estoy vivo.
Descubro nuevos valores y aptitudes en mí.
Abro la mente, incorporando nuevos y útiles conocimientos.
Decido qué tipo de día tendré.
Me siento honrado porque reconozco sinceramente el poder de mi mente, la sabiduría que anida en mi cuerpo y la infinidad de mi alma.
A media tarde es un buen momento para más pensamientos nutritivos:
Abandono lo viejo y me dispongo a recibir lo nuevo.
Estoy dispuesto al cambio.
Admito y conecto con mi propio poder personal.
Me siento feliz, exitoso y próspero.
Encuentro satisfacción en todo lo que realizo.
Presto atención a los pensamientos que surgen en mi cabeza.
Me acepto exactamente como soy.
Me concentro en mis objetivos.
Tengo el poder, la energía y los conocimientos necesarios para gestionar lo que ocurre en mi vida.
Continuamente se me presentan nuevas oportunidades.
Antes de cenar es bueno conveniente perdonarte por tus “imperfecciones”, por tus “equivocaciones”, por tus culpas y miedos.
Y finalmente llega el tiempo de agradecer.
Por tener vida.
Por la familia y los amigos.
Por estar en contacto con tus emociones.
Gracias por un trabajo (o por el que vendrá).
Gracias por el lugar donde vives, sea cual sea.
Gracias por todo lo que has sido capaz en este día.
En este día, cada día, hoy, ama incondicionalmente, regala sin esperar nada a cambio, comparte tu alegría (sin causa), respira conscientemente, agradece.
Imagen: Andrea Piacquadio