Según Deepak Chopra, pensar que las sincronicidades son mensajes codificados procedentes de una inteligencia no limitada nos presenta a la vida como una novela de misterio. Es por ello que conviene prestar atención, buscar pistas y comprender su significado porque, finalmente, la verdad será revelada.
Que la vida sea, en cierto sentido, un misterio se debe a que nuestro destino, al parecer, se encuentra oculto para nosotros; y solo al final de su trayecto podemos mirar el camino que hayamos transitado.
Para Chopra, si todo el tiempo pudiéramos vivir en el nivel de la mente no sería necesario esperar a ver regresivamente para conocer las grandes verdades de la vida. ¿Por qué? Porque las sabríamos de antemano y así intervendríamos en la creación de nuestra vida. “El camino sería evidente y no necesitaríamos señales, pistas ni coincidencias”, asegura.
No obstante, la minoría no vive en el nivel del alma y, debido a ello, lo único que puede mostrarnos el Universo son las sincronicidades. Todos tenemos esos momentos que nos asombran y olvidamos poco después.
Intención
Sin nuestra intervención ningún hecho tendría significado. Somos nosotros quienes damos significado a los sucesos a través de la intención. En palabras de Chopra, “las coincidencias son mensajes del ámbito no circunscrito que nos indican cómo actuar para hacer que nuestros sueños -intenciones- se manifiesten”. Por lo tanto, “primero debes tener una intención y entonces ponerte en contacto con tu ser espiritual. Sólo entonces podrás utilizar las coincidencias para satisfacer tus intenciones”.
Y si bien tener una intención es fácil, tanto como formular un deseo, muchos no se han sumergido aún en el inmenso océano de la fuerza espiritual y nadan en la superficie, lejos de las profundidades de la experiencia plena.
Al considerar las sincronicidades como oportunidades, ellas adquieren significado y cada una se convierte en una posibilidad “para convertirte en la persona que el Universo quiere que seas”, afirma Chopra, para quien esta es la verdad última de lo que llama sincrodestino: “la suma total del Universo está modificándose para crear tu destino personal”. Para ello utiliza conexiones no circunscritas y no causales.
Si observamos los sucesos desconectados de la vida personal, todos poseen una historia entrelazada con un destino. No causal significa que los acontecimientos están vinculados entre sí, pero no por una relación directa de causa-efecto, por lo menos en la superficie. Son “no causales”.
Resulta imposible conjeturar la complejidad de las fuerzas que están detrás de cada acontecimiento y “la única razón por la que no experimentamos la sincronicidad en nuestra vida diaria -advierte Chopra- es porque no vivimos desde el nivel en donde está ocurriendo”. ¿Cómo podrían ocurrir hechos extraordinarios si simplemente vamos como autómatas por la vida, sin estar conscientes?
Las sincronicidades, entonces, son señales en el camino que conquistan nuestra atención hacia algo trascendente de nuestras vidas, atisbos de lo que sucede más allá de las distracciones habituales. Podemos ignorarlas… o prestarles atención y vivir el milagro que nos está aguardando.
En el sincrodestino actuamos conscientemente en la creación de nuestras vidas a través de la comprensión de aquello que trasciende los sentidos, el mundo del alma.