Pensar menos, vivir más

Crear espacios para nuestra esencia vital

Maite Bayona.
Escritora y mindful coach

Parece que lo hemos olvidado, pero la vida es algo que está sucediendo ahora, un fenómeno mensurable, real. Sin embargo, la mayor parte del tiempo, nuestra vida es virtual, proyectada, imaginada, no real. Hay un yo que vive sus historias dentro de los pensamientos y otro que experimenta la vida. ¿Te has parado a pensar cuál de los dos eres tú? ¿Dónde estás tú respecto a estos dos “yoes”?

Nuestro mundo parece cada vez más virtualizado y complejo. Nos relacionamos con las personas de forma virtual, y a veces eso está bien, pero no olvidemos que la sensación de vida solo está en el contacto con las cosas que suceden aquí y ahora. La información y los análisis tienen un papel demasiado importante en nuestras vidas. No todo tiene que ser racionalizado y categorizado, no tenemos que estar todo el tiempo pensando o haciendo cosas. No nos hace bien estar en este vivir sin vivir. Es tiempo de pensar menos y vivir más.

Hay algo que podemos hacer en este sentido: en nuestras manos está crear espacios donde no tengamos que hacer, pensar ni decir nada. Con nuestra presencia consciente podemos crear espacios por donde pueda colarse nuestra esencia luminosa y vital.

Se trata de cultivar hábitos o espacios donde seamos ya felices, a la vez que vamos regando las semillas de nuestra felicidad futura. La felicidad es el camino a la felicidad, no la pospongas. Por eso quiero compartir algunas pequeñas cosas para no pensar, porque el pensamiento es lo que nos desconecta de la vida. Una mente llena de pensamientos no nos deja sentir lo que somos en esencia: felices.

Lee la lista, pero sobre todo recuerda que no tienes que esforzarte demasiado, piensa en los niños, ellos son felices sin esforzarse…

Lista de pequeñas cosas para no pensar

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1- Recuerda que la causa real de tu felicidad nunca está en lo externo. No necesitas hacer ni pensar nada más para poder ser feliz ahora mismo.

2- No se puede entender la presencia a través de los pensamientos. Para entenderla tienes que experimentarla, aunque sea por breves instantes. Si estás pensando demasiado observa tus pensamientos y no vayas tras ellos, no te enredes de un pensamiento a otro. Observa la manera en que vienen y van, sigue así hasta que veas que te vas despegando de ellos.

3- Respira, sonríe, suelta todo lo que no sea de este momento, nota el crujido del suelo bajo tus pies.

4- Mantén la atención en tu respiración durante 10 tiempos, solo eso bastará para que tu atención se retire automáticamente de los pensamientos sin que tengas que hacer nada más.

5- Focalízate en todas las cosas buenas que te rodean ahora mismo: el sol, el oxígeno que respiras, tu cuerpo, las flores ahora en primavera, el cielo siempre y a todas horas, la energía que puedes respirar por las mañanas cuando empieza el día, las personas con las que compartes o con las que te cruzas.

6- Usa tu capacidad para estar presente para entrar por las cinco puertas de los sentidos en el ahora. Mira, huele, toca, saborea y escucha tu entorno con conciencia plena sin intentar analizar lo que percibes.

7- Sonríe a todo el mundo, estás plantando las semillas de una vida llena de amor solo con esto. La sonrisa te desconecta además de la seriedad del mundo.

8- Baila o escucha música y disfruta el momento.

9- Quédate en silencio y obsérvalo todo. Comprueba lo seguro que es el mundo cuando estás ahí en tu centro, no te falta nada si te quedas completamente en quietud.

10- El mundo es completo, entero, abundante, si tú estás en él con tu presencia. Si no te vas a otro lugar con juicios y pensamientos.

11- Aprende a relacionarte con la realidad de una forma distinta, pon las cosas en perspectiva y no saques conclusiones precipitadas.

12- Relájate, a veces incluso parece que tenemos el control de las cosas, pero es una ilusión, nunca lo tuvimos ni lo tendremos.

13- Sal a dar una vuelta, mira el mar o date una vuelta por la montaña, estar en la naturaleza abre tu canal externo por lo que puedes sentirte mejor de manera instantánea.

14- Haz ejercicio, lo que más te guste. El ejercicio desconecta la amígdala cerebral y nos aleja de las emociones tóxicas que nos apartan del momento presente.

15- Convierte algún rincón donde te guste estar en un espacio sagrado donde puedas conectar contigo mismo. Medita o concéntrate en sonidos como mantras. Cierra los ojos y pon tu atención en tu interior.

16- Ve más despacio por la vida y presta más atención a lo que te rodea. La atención, la velocidad y el silencio son tres claves importantes para que los pensamientos no sean tan compulsivos.

Todas estas pequeñas cosas se resumen en una sola: sé feliz a cada paso que das y todo lo demás sucederá por sí mismo.

maitebayona.com



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Stanislav Kondratiev
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