El arte de la atención

Asanas, meditaciones y técnicas sanadoras en un libro de extraordinaria belleza visual. Elena Brower y Erica Jago, sus autoras

Rodrigo Salamanca

Desde el primer momento, mirando la portada y hojeando sus páginas, “Yoga. El arte de la atención”, editado por Sirio, atrapa nuestra atención (valga oportunamente la redundancia). Imágenes muy logradas y un diseño de extraordinaria belleza visual y que transmite un cariño especial por un “cuaderno de prácticas” que tiene dos firmas responsables: Elena Brower, profesora de yoga, fundadora y directora del estudio Virayoga de Nueva York, colaboradora de Yoga Journal, Huffington Post y Mind Body Green, y Erica Jago, diseñadora gráfica, que ha indagado en el arte, la música, la danza y el atletismo, y también profesora de yoga en Oahu, Hawai.

“Este es un libro para todos. Si tienes mucha experiencia, te servirá inmediatamente como una serie de prácticas completas. Si estás empezando, te invitará a las profundidades más sutiles de la práctica con potencia y significado”, dicen al responder a qué tipo de público está dirigido este trabajo exquisitamente publicado.

Sobre el diseño y la originalidad del contenido, Elena cuenta que “Erica contactó conmigo y me mostró su impresionante trabajo de diseño. En ese momento supe que quería hacer un libro juntas. Su diseño ha cambiado el paisaje de los libros de yoga, elevando el nivel del arte para todos nosotros”. Por su parte, Erica recuerda que “como profesora y diseñadora estaba buscando una metodología práctica pero profundamente intuitiva para diseñar secuencias de yoga que entrelazaran la experiencia de nuestra creatividad y espiritualmente. El diseño y la estructura del libro ayudan a un maestro a ser expresivo en sus presentaciones de clase y puede ser usado para diseñar una clase de grupo o una secuencia individual”.

Antes de proseguir, la curiosidad lleva a preguntarles qué es el yoga para cada una de ellas. Para Elena, que también fue diseñadora de moda durante años, “es la forma en que traigo mi mente a mi corazón y la dejo descansar, el tiempo que paso para ayudarme a sentirme tranquila, segura y bendecida”. Además ofrece la práctica del yoga como “una manera de enfrentarnos al mundo con gratitud y honestidad”. Elena resume: “Es mi arte, mi devoción y mi don”.
En un párrafo del libro expresan que “la capacidad de aumentar la velocidad reduce la tensión y se convierte en arte”. “Como las cosas ocurren más rápidamente en nuestras vidas –explican–, nos planteamos cómo podemos internamente ralentizarnos y mantenernos atentos, logrando que nuestras interacciones sean enriquecedoras y significativas”.

En un apartado el perdón es uno de los trabajos que proponen abiertamente. “Todos necesitamos recordatorios sobre este tema. Los rencores nos enferman y frenan nuestra fuerza creadora”, dice Elena, a lo que Erica agrega: “El perdón te guía a través de tu propia confusión, incluso cuando es muy difícil hacerlo. Confiar en esto es cómo crear intimidad”. Este concepto lo repiten ante otra cuestión: la culpa.

En la lectura aparece un homenaje inesperado, y absolutamente sincrónico. Se refiere a la práctica de Sankalpa, afirmaciones que se repiten mentalmente varias veces para alcanzar objetivos y que recuerdan a un ejercicio propuesto por Louise Hay, recientemente fallecida. “Ha sido un trabajo importante que reconocemos”, comentan.

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Elena, asimismo, alude a la razón por la cual incluyen textos pertenecientes a personas famosas relacionadas con el mundo del yoga, como Donna Karan, Gwyneth Paltrow y McYogi, entre otros. “Después de haber trabajado personalmente con cada uno ellos, les pregunté si querían participar debido a la profundidad de sus prácticas y experiencias, y porque incluso tienen más tiempo en la práctica del yoga que yo. Les pedí que nos ayudaran a reforzar y elevar el nivel del contenido. Así se convirtieron en los escritores de los prefacios capitulares”.

Por último, otra característica de “Yoga. El arte de la atención” son los espacios para que el practicante escriba sus experiencias o pensamientos. “A medida que avanza cada capítulo, se le invita a anotar sus propias notas y crear sus propios temas y secuencias en las páginas en blanco. Es un modo de lograr ajustes y la atención sobre cuerpo, mente y corazón”, concluyen.



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Stanislav Kondratiev
de Unsplash