Quién es Escritor y doctor en ingeniería electrónica, Félix Torán ha recibido varios reconocimientos de carácter internacional y desde el año 2000 trabaja en la Agencia Espacial Europea. En 2013 fue padrino y portavoz en España de la Axe Apollo Space Academy (AASA), que seleccionó al primer turista espacial español, quien llevará los primeros libros españoles de su autoría al espacio. Finalista en el proyecto “Españoles hechos de talento” (el segundo candidato más votado y número uno en la categoría de literatura y comunicación). Experto en temas de desarrollo personal, liderazgo, gestión del tiempo, espiritualidad y meditación, ha impartido cientos de conferencias sobre dichos temas. Lleva publicados 16 libros, el último “Más allá de la materia”, de Ediciones B. Más información en felixtoran.es
Aurelio Álvarez Cortez
-Tienes formación científica, pero has mirado “más allá”. En este último libro tuyo hablas de meditación, plano astral y otros temas del campo esotérico. ¿Cómo fue tu proceso?, ¿primero la ciencia y luego el crecimiento personal?
-Hace ya casi 20 años estaba en el campo científico como ingeniero. Tenía éxito en lo que hacía, pero surgió una pregunta de autoconocimiento y empecé a investigar no solo en ciencia, sino que en paralelo inicié una línea de estudio y aprendizaje que no he abandonado desde entonces. Sin centrarme en una corriente o en una herramienta determinada, quise abarcar todo lo posible: filosofías orientales, esoterismo, ocultismo, leyes universales, la ciencia del éxito, Programación Neurolingüística (PNL), etcétera, y luego pasar todo esto por mi propio proceso intelectual, multidisciplinar, con mis propias revelaciones interiores y proceso meditativo, y la experiencia de ayudar a cientos de personas. Así surgieron mis libros, que ya son 16, para compartir con otras personas estos conocimientos. Yo no los considero esotéricos porque hoy cualquiera puede encontrar mucha información en Internet, tampoco revelan ningún proceso iniciático ni ninguna doctrina secreta, y cada vez hay más gente interesada en ellos.
-¿El pensamiento científico y la experiencia espiritual son dos vías irreconciliables o complementarias?
-No son irreconciliables, todo lo contrario. Son dos vías complementarias que deberían conciliarse, aunque no lo hagan todavía. Hay una frontera muy clara entre ciencia y espiritualidad, aunque si hicieran un esfuerzo algún día podrían darse la mano. Lo importante es acercarlas, pero no hacer mezclas y evitar hacer falsa ciencia o falsa espiritualidad, que al final resulta contraproducente. Yo me encuentro cómodo en las dos partes, conozco bien la ciencia y llevo muchos años en la espiritualidad, las puedo acercar de modo sensato. Pongo a cenar la ciencia y la espiritualidad en la misma mesa, pero cada una come de su propio plato.
-Muchas cosas que se escuchan en el campo de la espiritualidad y las terapias complementarias mencionan frecuentemente a la cuántica.
-La palabra “cuántica” no es propiedad de la física, en absoluto. Se puede utilizar en muchos contextos, he oído utilizarla en el campo de las terapias y respeto su uso, pero en el momento en que le pones delante la palabra “física” ahí no hay más qué hablar. Indiscutiblemente eso es física cuántica, ciencia.
-Aclaras que “Más allá de la materia” no es un libro de ciencia.
-Hay personas que exploran las fronteras de ciencia y espiritualidad, poniendo el centro del compás en la ciencia, pero en este libro yo lo hago desde la espiritualidad. La ciencia tiene un papel secundario en este libro (si llega). Si toco algún tema de ciencia es de forma puntual, secundaria, y siempre con seriedad y rigor.
-Pones a la meditación como elemento transversal, un hilo conductor, para comprender el mundo espiritual. ¿Por qué?
-No hay otro remedio. Ningún libro de espiritualidad puede dejar de hablar de la meditación porque es una piedra angular. Igual que al plano físico material se accede por los sentidos y la mente consciente, para el plano espiritual se necesita despertar otro medio de acceso diferente que es la experiencia directa, no por el conocimiento. Y para ello se requiere la meditación, una herramienta introspectiva. Hay muchísimas técnicas, como caminos diferentes que conducen a lo mismo; cada uno elige la suya.
-¿Cómo llegas a la conclusión de todo es amor en el universo?
-No es una conclusión a la que se llega por el método deductivo o inductivo, a través de la lógica, sino por la vía de la experiencia directa, a través de muchos años de meditación y la experiencia de la vida. Te das cuenta de que el plano superior se caracteriza, más que por las fuerzas repulsivas del ego, por las fuerzas atractivas que son propias del amor. Efectivamente, el amor en estado puro es todo el universo: lo que hace que un átomo esté unido, que se formen las moléculas, que las personas se unan, que haya sentimientos altruistas… El amor tiene diferentes grados de expresión.
-Presentas al ego como el “yo inferior”.
-Es una forma de llamarlo. Tenemos la mente objetiva, racional, y en ella un elemento se aprovecha de la unión con lo material, el ego (con “e” minúscula), que crea una identidad basada en la separación para que nos identifiquemos con esa identidad. El falso yo, esa imagen que tenemos de nosotros, está basado en la separación. De ahí vienen todos los problemas del ser humano y los conflictos que hay en el mundo. Por otro lado, en un nivel más elevado de conciencia está el “yo superior”, el de la individualidad, no de la separación. En ese nivel, del maestro interior, hay diferenciación pero no separación. El día en que una masa crítica de seres humanos llegue a este nivel desaparecerán los problemas que tanto daño provocan, el ser humano se habrá reconciliado consigo mismo. Estamos a años luz de eso, pero si la conciencia evoluciona positivamente, nos llevará a la integración de los seres humanos y luego a la reintegración con la Fuente. En la evolución pasamos de la multiplicidad a la unidad.
-El vacío, la nada, conceptos mencionados en antiguas filosofías, ahora son tratados por la ciencia. ¿Tú cómo los ves desde la experiencia espiritual y el saber científico?
-El vacío está más lleno de lo que parece y podemos apelar a la física cuántica para explicarlo, como la teoría del Campo de Punto Cero y otros temas como la materia oscura, la energía oscura. Pero la ciencia no se mete tanto. Cuando habla de “lo oscuro” no admite que exista algo más allá de la materia, sino que espera poder explicarlo de una forma racional en el futuro. No se abalanza en el terreno espiritual. Yo dejo la ciencia en paz y luego me abalanzo más allá, no tengo ningún problema. Eso es absolutamente correcto, siempre que no se hagan mezclas. La ciencia se topa con sus límites y estas cosas los místicos lo sabían desde milenios. La meditación conduce a la suspensión del pensamiento racional y pone en contacto esa sabiduría que está más allá de la razón y el intelecto, vinculada con los planos superiores. Incluso hay quien ha llegado a conectar con los Registros Akáshicos y niveles de conciencia cósmica.
-¿Existe el libre albedrío?
-Por supuesto. Si fuéramos máquinas con una historia escrita de antemano a mí no me encajarían muchas cosas. Nosotros tenemos libre albedrío, pero también hay una ley de compensación, no para castigar o poner límites, sino simplemente para regular los efectos. Tenemos la capacidad de epigénesis, de crear causas nuevas, si no hubiera libre albedrío no podríamos hacerlo, pero también existe una ley reguladora de los efectos, la ley del karma o deuda de destino, para que tomemos conciencia de cuándo tenemos que reconducir al tomar el mal camino.
-En el Tarot dices encontrar un enorme conocimiento, encerrado en sus cartas.
-Aunque el Tarot no sea tan antiguo como otras fuentes, el conocimiento que encierra no deja de ser el más antiguo que existe y está puesto en un lenguaje en el cual no hace faltan palabras, un lenguaje arquetípico que todos llevamos dentro y que está grabado en el inconsciente colectivo. Guardado en una forma inteligente como baraja, un juego que ha sobrevivido a guerras y que llega a nuestro tiempo de un modo elegante, algunos lo reducen a una herramienta de adivinación. Pero es un auténtico libro colmado de conocimiento simbólico. Por ejemplo, el arcano mayor llamado “El Mago” (entre otros y entre otras muchas cosas) incluye las claves de la ley de la atracción, y la carta de El Loco incluye entre otras cosas el potencial infinito que luego convertimos en algo finito y limitado en el plano material. El saber que nos transmiten las más diversas tradiciones filosóficas, esotéricas o religiosas está ahí.
-¿No es lo mismo la felicidad que el éxito o el bienestar?
-Muchas veces, sino todas, las personas que dicen ser infelices confunden la felicidad con el éxito o el bienestar. Por eso conviene aclarar las diferencias. Empezamos por el éxito, que es alcanzar lo que te propones, así de simple, en tanto que el bienestar se relaciona con el plano material, se trata de una sensación libre de preocupación en la que te sientes bien. Puedes experimentar bienestar sin tener ningún éxito, como el caso de quien va a un spa, por ejemplo. Luego la felicidad, en el plano superior, es un estado de experiencia completa del momento presente, aquí y ahora. No es éxito porque el éxito se alcanza, la felicidad no, porque es presente, y alcanzar tiene que ver con el futuro. La tienes en tu interior en todo momento y sólo debes conectar con ella. La felicidad tampoco es bienestar, aunque generalmente éste es su cara visible. Los tres son puntos que no son lo mismo, aunque pueden ir juntos de la mano.
-Jung es otro tema que tocas y la sincronicidad, una de las cartas de presentación de su pensamiento, tal vez sea un elemento que se cuele en el campo científico.
–August Kekulé (químico alemán del siglo XIX), cuando descubrió la estructura molecular del benceno, vio en sueños el ouroboros, famoso arquetipo de la serpiente que se muerde la cola. Es un elemento que está en el inconsciente colectivo y la han visto miles de personas durante milenios, a él le dio la clave de su descubrimiento. Pero los científicos jamás han reconocido ni reconocerán la sincronicidad. El científico toma el contenido irracional que viene de esa sabiduría y simplemente le pone el nombre de casualidad. Se lo quita de encima, lo racionaliza, luego le da forma y llega a conclusiones. Lamentablemente no le llama sincronicidad, sino que “ocurrió por casualidad”. A la ciencia le gustaría que todas las grandes ideas fueran siempre el resultado de un proceso racional, cuando la realidad es muy distinta de eso… La razón está complementada por una sabiduría irracional, sin la cual la mayoría de descubrimientos no existirían. Por no olvidar que muchos científicos se han basado en conocimientos ocultos para inspirarse. Un buen ejemplo es Newton, un entregado alquimista y estudioso de las ciencias ocultas, como está bien documentado…
-¿Mente y ego son lo mismo?
-Hablar del ego es hablar de la fase consciente de la mente. Cuando entras en un estado meditativo profundo, suspendes la mente intelectual, racional, que llega a aniquilar al ego. En el Tarot queda maravillosamente mostrado en la carta de El Ahorcado, con su figura boca abajo y la cabeza iluminada.
-¿De dónde provienen las ideas?
-Si somos muy materialistas y nos enfocamos sólo en lo material, diremos que las ideas vienen de las cuatro paredes del cerebro. Pero eso es válido si reduces todo a la realidad material. Para ver el cuadro completo, hay que añadir la realidad espiritual, el 99 % restante. Las ideas no se generan en la cabeza. Es como si la mente fuera un proyector que toma la luz infinita del plano superior y la proyecta sobre la pantalla finita del plano material. Así que las ideas en forma potencial, todavía no manifestadas, están deseando manifestarse, y si te conviertes en un canal a través de tu mente, puedes llegar a manifestarlas en el plano material. Si no ayudas a la idea a manifestarse, encontrará otro canal. Por eso no es raro que una persona que tiene ideas buenísimas pero no hace nada para hacerlas realidad, al pasar los años ve que otra persona adquiere fama con esa idea. Y piensa “me ha robado la idea”. No es cierto… Las ideas no se pueden robar (eso solo lo cree el ego, que es quien nos ha llevado a tener que crear medios para registrar y proteger ideas). Solo se pueden robar si pensamos que están dentro de la cabeza de cada uno, pero están en el Todo, donde no hay separaciones.
-¿Qué es pseudociencia?
-Es una pérdida de tiempo, una forma de no aprender nada. Significa llamar ciencia a lo que no lo es. No estás haciendo ciencia ni otra cosa, sino confundiendo términos. Por ejemplo, cuando se dice que la física cuántica demostró la ley de la atracción. Es absurdo, carece de todo sentido porque la ley de la atracción es metafísica. Por tanto, está más allá de los límites de la física. Afirmaciones de ese tipo son una apelación a la ciencia para determinar cosas que están más allá de los márgenes de la ciencia. Es mejor cuando se habla de ciencia aferrarse a sus límites, utilizar su rigor, que lo tiene y permite un conocimiento del plano material muy bueno. Eso no impide en ningún caso dejar a la ciencia en paz, abandonarla, tomar sus resultados, llevarlos al terreno filosófico y hacer espiritualidad.
-¿Te sientes un bicho raro ante los colegas?, ¿te preguntan por qué andas hablando de esos temas tan “raros”?
-No, jamás he tenido esa experiencia en casi 20 años en la ciencia por una razón muy simple: cuando hago ciencia no hago nada más, y lo mismo ocurre con el crecimiento personal. Nunca mezclo, aunque sí puedo acercar (siempre desde la espiritualidad). Pero cuando la ciencia termina, puedo dedicarme a lo que desee, como hace cualquier científico. En mi trayectoria he encontrado a muchos hombres de ciencia que, además de trabajar escrupulosamente, en su vida privada profesan creencias religiosas, pertenecen a logias, sociedades esotéricas, son amantes del Tarot o la astrología. No hay absolutamente nada de malo en ello. En mi próximo libro hablo precisamente de Max Planck, a quien se atribuye ser el fundador de la física cuántica. Era súper creyente, religioso, en Internet puedes encontrar fácilmente un discurso suyo sobre ciencia y espiritualidad que hizo historia, precisamente. Transmitía mensajes afines a los que puedes encontrar en mi libro.
-¿Habrá fusión entre ciencia y espiritualidad?
-La evolución del ser humano va hacia un nivel más elevado de conciencia y conforme ese nivel vaya escalando en dirección al amor universal, necesariamente, incluso los científicos se irán acercando a esa otra realidad. De lo contrario la ciencia corre el peligro de encontrarse con sus límites. Tiene todavía muchísimo que dar, por supuesto, pero hay ciertos límites a los que ya no puede traspasar porque entra en el mundo de la espiritualidad. No se puede dejar a la ciencia sola para comprender el universo porque entonces se queda coja y tampoco se puede observar el universo solo a través de la espiritualidad porque entonces la espiritualidad se queda ciega. Las dos se necesitan, la una a la otra. Antes o después espero que lleguen a darse la mano.