Cristina Arias Barredo.
Terapias Cuánticas Rcw
Muchas son las herramientas puestas en la mesa para que cada ser humano tome la que mejor le resuene para llegar a transformarse en una versión mejorada de sí mismo. En efecto, actualmente los caminos son muchos y variados, todos nos guían hacia el mismo lugar… El recuerdo de quiénes somos en esencia y a partir de ese recuerdo saber quiénes somos, de dónde venimos y hacia dónde nos dirigimos. Es así que cada uno se va forjando su propia maestría.
Sin duda, el camino que toco mi corazón y sigue haciéndolo hasta ahora son los Registros Akáshicos. Cuando leí de ellos por primera vez, antes de tomar una formación, pensé: “Esto soy yo, hablan en mi idioma…”. Resonó como el repique de un tambor en mi corazón, con lo cual decidí sin dudar inscribirme en un curso y aprender la técnica de conectar con ellos. Así empezó la formación en esta maravillosa herramienta con que sigo formándome, reciclándome. La combino con las lecturas de sanación akáshica, así como con la formación, ya que desde Terapias Cuánticas Rcw, junto a mi compañera Rossana, impartimos cursos de Registros Akáshicos en diferentes centros que nos solicitan este conocimiento.
¿Por qué resoné tanto con esta herramienta? Pues bien, porque se llega con ella al origen de absolutamente todo, siempre y cuando tú quieras y estés preparado para sanar esa área de tu vida en concreto.
Con ellos trabajas con esa Esencia, con tu Yo más profundo, con tu Ser Superior, trabajas con la Divinidad que eres y desde esa conexión se te proporciona la información que te sirva desde el punto de vista álmico para seguir evolucionando en este plano.
¿A dónde llegas con ellos? Pues llegas al origen, a la comprensión más absoluta de aquello que te inquieta y que no eres capaz de resolver desde la razón, desde la mente, desde el hemisferio izquierdo. Aquí quien tiene que comprender es tu alma, tu corazón.
Es una herramienta para trabajarla desde el corazón, desde el Ser, que no se trata de utilizar la mente lógica en cada instante, que por unos momentos nos centremos simplemente en Ser y Estar. Es así como te conectas con ese Akasha, ese éter o vacío, mal llamado vacío porque en realidad está plagado de átomos, quarts y partículas (bosón de Higgs).
¿Qué quiero decir con esto? Que en ese vacío cuántico hay un océano de vibraciones microscópicas, un vasto campo cuántico donde absolutamente todo está conectado. Este Akasha es lo que se conoce en el hinduismo como el quinto elemento, energía unificadora donde los cuatro elementos –tierra, aire, fuego y agua–, así como todo lo que existe en el mundo, están envueltos y sostenidos por esta energía.
Cuando nacemos esta conexión con el todo, con esa energía, con la Fuente, con nuestro Ser Superior, con la Tierra, se encuentra presente. Pero a través de la cultura de cada país, de las creencias impuestas en casa, por el entorno, en la escuela, el instituto, el mundo cotidiano que nos rodea, poco a poco nos vamos desconectando de lo que somos en esencia para convertirnos en lo que los demás quieren que pensemos, hablemos o hagamos.
Con los Registros Akáshicos llegas a esta comprensión y vas recordando quién eres. No se trata de que aprendas algo nuevo, sino que recuerdes lo que ya sabes. De modo que, a través de una técnica, puedes aprender a conectarte con tu archivo akáshico, como también con el de otras personas, animales, plantas, espacios, tu Madre Tierra y todo lo que existe. Aprender técnicas concretas de sanación akáshica, ya sea por el método clásico de canalización o trabajando con tablas y el péndulo, para comprender enfermedades físicas y sanar miedos, patrones repetitivos, creencias limitantes, relaciones conflictivas o diferentes bloqueos energéticos que limitan tu propósito de vida, tu felicidad y abundancia general, que es lo que te mereces.
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