¡Quíteme usted el diente!

Carta del síntoma dental


Amelia Izquierdo Acamer
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Psicóloga Clínica
Gema Ballester Palanca.
Médica Odontóloga

Hola! Soy tu síntoma dental, me puedes llamar absceso, caries, piorrea, desgaste del bruxista, dolor de muelas, etcétera. El caso es que estoy realizando un trabajo de voluntariado en horario parcial o total, según se trate, y vengo a darte una serie de noticias que pueden resultar interesantes para ti, y te digo “pueden” porque en este plano del mundo que algunos llaman planilandia todo se tiende a resolver a la tremenda y es “bombardeando” sin piedad con toda una serie de artilugios químicos o quirúrgicos. Una auténtica guerra química se cierne sobre mí y sobre ti sin que ni tan siquiera te hayas percatado de ello. El objetivo: “mantenerte dormido”, que es la única manera de que no tomes el control de tu vida y te conduzcas según los cánones establecidos. El caso es que en mi caso, como síntoma, con tanto acoso y derribo, puede que me aquieten, de momento, pero a la larga recupero la misión que tengo encomendada en otro lugar de tu cuerpo, es decir, me cambio de sitio.

Ya sé que soy molesto, pero dime, ¿de qué manera podrías enterarte de lo que no te puedes o quieres enterar? Claro, siempre tienes la opción de seguir en la ignorancia con tal de seguir viviendo lo que tú crees que es tu vida, tu bienestar o lo que más te plazca.

Tengo encomendada una ingrata misión para algunos y muy grata para otros, que va desde recordarte quien eres hasta ayudarte a remendar algunas de tus creencias que, que aunque no lo creas, no son exactamente tuyas, y te aseguro que están fastidiando tu vida. Bueno… tú ya lo sabes, esas cosas que no te dejan estar plenamente feliz y satisfecho. Sí, estoy hablando de la hoja de ruta, esa de la que tanto se habla en política y que no hace más que recordarnos continuamente que existe una ley hermética de la que nos hablan los alquimistas y es la que se expone como “lo que es afuera es adentro, lo que es arriba es abajo”.

¿Crees que la ruta la marcas tú?… Pues, de momento mientras yo exista, lo siento, no estás en lo cierto. Te viene marcada de antemano. Así que no sigas dejando en manos de otros: pareja, padres, políticos, médicos, maestros, etcétera, la parte de tu vida porque te lo aseguro, nadie te sacará las castañas del fuego sino tú mismo.

Yo te puedo mostrar si quieres verlos, claro está, algunos de tus fracasos en tu adaptación verbal al mundo, te puedo mostrar lo que te callas o lo que nunca expresaste bien por miedo o porque no lo conoces. También, si me escuchas, puedo mostrar todo aquello que espetas de malas maneras, de esas que a veces no estás muy satisfech@ y acabas retorciendo o guardando automáticamente en tu antepecho o en tu hígado, por ejemplo, te sientas mal o no por ello. Ten en cuenta que estoy en la boca, ese órgano que por excelencia representa el inicio y el final de tu comunicación con el mundo, y también considera que en tus disposiciones y movimientos dentales está grabada la impronta de la historia ancestral y cultural que te precedió, es decir todo aquello que se expuso o no antes de que tú nacieras.

¿Crees que lo que te sucede en tu cavidad bucal es un lamentable infortunio que está sujeto al castigo o la maldición? Pues te digo que no, que yo, tu síntoma dental, soy signo del sentimiento no escuchado, no exprimido y mal gestionado y si tú me “escuchas” y tomas por mí tu responsabilidad, te doy la posibilidad de puedas ver con más realidad dónde está tu conflicto, ese cortafuegos que ha creado tu miedo o tu ignorancia para que tu cuerpo y tu espíritu no se comuniquen y vivan en continuo divorcio.

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Todo está representado en tu boca: tu familia, tu clan, tu trabajo, tu pareja… sus beneplácitos y sus inhibiciones, sus poderes y sus frustraciones, sus bendiciones y, cómo no, sus maldiciones… Yo estoy aquí para que puedas librarte o acogerte a cualquiera de ellas, pero únicamente desde tu consciencia, tan solo a través y desde ella. Yo solo soy el síntoma que se queja de tus conflictos para que puedas dar claridad a tu espíritu, aportar luz a tus tinieblas y recuperar la paz que necesita tu alma para seguir su viaje por este mundo de las formas, tan engañoso como tentador y arrogante. ¿Dispuesto? Enhorabuena porque estás en vías de ser el héroe o la heroína nacido o nacida para crecer y vencer sus dificultades desde su propio destino.

Agradezco tu atención y a la espera de tu respuesta, me despido, no sin antes decirte que esto no es ni mucho menos un cuento, es tan solo una carta de presentación.

zentrame@gmail.com



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