Aurelio Álvarez Cortez
Autora de “Movimientos sistémicos”, Lola de Miguel Campos es una de las representantes más destacadas en este campo, con más de treinta años de experiencia como psicoterapeuta, psicóloga y educadora especializada en marginación social, regresiones y astrogenealogía.
A través de numerosos cursos, talleres y estudios relacionados con la PNL, programación neurolingüística, meditación, hipnosis, consultoría sistémica, psicomagia y psicogenealogía, como también chamanismo y constelaciones familiares, ha volcado su conocimiento en ese, su último libro, publicado por Obelisco y sobre el que tratamos en el siguiente diálogo.
-¿Qué es la mirada sistémica, Lola?
-Es una nueva forma de mirar el mundo. Bert Hellinger (creador de las Constelaciones Familiares) habló de lo que se llama “los órdenes del amor”, unos principios que nos afectan a todos, principios, para poner un símil, como la ley de la gravedad. En los sistemas, en las familias, existen esos principios. Si nosotros los conocemos y los respetamos, nuestra vida tendrá mucha mejor calidad.
Hellinger desarrolló tres principios que son pertenencia, jerarquía y equilibrio, aplicados en el campo de la terapia. En sesiones individuales yo puedo hacer ejercicios para ayudar a las personas aplicando estos tres principios sin que tengan que explicar absolutamente todo.
Los movimientos sistémicos nacen de las Constelaciones Familiares, que en un comienzo se hacían siempre en grupo. Ahora, también, pasamos a la sesión individual y al trabajo personal que cada uno puede hacer sin necesidad de ir a terapia.
Muchas personas vienen a terapia y piensan que algo están haciendo mal, piensan “hay algún fallo en mí”, y te das cuenta de que a menudo son lealtades al sistema familiar.
Hay quienes tienen malos vínculos con su padre y su madre. Mediante ejercicios, que detallo en el libro, sacan fuera la imagen interna de esas relaciones para poder experimentarla y sanarla.
Son ejercicios que cualquier terapeuta puede hacer en su consulta, también los médicos, para saber el origen de una enfermedad. A mis formaciones vienen muchos médicos.
Y también cualquier persona que quiera hacer un trabajo personal. Hay algunos asuntos que son mucho más fuertes y vamos a necesitar ayuda de un profesional externo. Pero la persona puede experimentar cómo es el vínculo con su madre, con su padre, por qué repite ese patrón cuando investiga su árbol genealógico, o se da cuenta de que en su sistema familiar nadie ha tenido pareja, o las relaciones han sido tóxicas, o ha faltado el dinero, etcétera.
-Según tu trabajo, ¿qué debemos entender por conciencia?
-Hay dos realidades, una es tomar conciencia, porque si no lo hacemos, nuestro subconsciente decidirá por nosotros. Y también hay otra connotación: al nacer, yo llego a una familia, y esa familia tendrá una memoria, con la que me conectaré a nivel inconsciente.
Voy a repetir patrones que pueden venir de antepasados míos que no conozco. Es lo que se llama herencia transgeneracional, y no tengo conciencia de que estoy actuando así. Puedo generar, por ejemplo, rabia hacia los hombres, y resulta que, al investigar el árbol genealógico, la abuela fue estafada por el abuelo y la arruinó. Eso pasa de generación en generación, a través de esa herencia transgeneracional, porque forma parte de la conciencia familiar, de la cual no soy consciente, y entonces está decidiendo mi inconsciente.
Para poder decidir libremente, tengo que tener conciencia de lo que me está pasando. Al investigar qué es lo que ha ocurrido en mi sistema familiar, tomo conciencia de esas lealtades inconscientes que llegan hasta mí, las hago conscientes, y entonces puedo cambiar mi destino.
Puedo cambiar los patrones repetitivos devolviendo todo adonde pertenece y liberándome de la identificación con esa abuela o con ese antepasado. La conciencia familiar es mucho más fuerte que la conciencia individual. Yo, como ser individual, puedo decidir, pero como pertenezco a una familia, esa conciencia familiar es mucho más fuerte que yo porque me llevará a la pertenencia, y repetiré patrones.
Al tomar conciencia de cuáles son mis lealtades, puedo cambiar y tengo la libertad de generar mi propia vida.
-Es decir que existe un determinismo insalvable, según la herencia transgeneracional.
-No. Si te pregunto qué idioma hablabas en la infancia, responderás castellano, pero luego puedes haber aprendido otro.
La epigenética está demostrando cómo una guerra les cambia el ADN a las personas, y eso tiene consecuencias en las siguientes generaciones, pero no es determinismo. Yo puedo ver que hay secuelas que ha tenido la guerra en mi sistema familiar para poder gestionarlas. El determinismo sería que estoy condicionado por mis genes y no hay posibilidad de cambiar.
Para mí hay un poco de parte genética y un poco de parte ambiental. La epigenética nos demuestra que, de la misma manera que en un impacto negativo deja secuelas, un impacto positivo hace que se generen cambios.
Arrastramos historias de dolor de nuestros ancestros y antepasados. Pero, a través de la terapia que hacemos, también les dejamos a las siguientes generaciones la herencia sanadora y positiva, que te ofrece la posibilidad de conocer cuál es tu programación y desprogramarla.
-¿Qué cualidades o capacidades debe tener un facilitador en movimientos sistémicos?
-He conocido a muchos facilitadores que se lanzan sin conocer la técnica. Cualquier herramienta tiene una técnica y hay que saber los principios básicos para poder aplicarlos.
También está la intuición. Las personas intuitivas se conectan más con el campo energético, tiene que haber una empatía. Además, el facilitador debe tener en cuenta no solo a la persona que quiere hacer el trabajo, sino también visualizar un sistema familiar que está detrás.
Y no le doy a la persona más de lo que la persona puede recibir, como tampoco puedo dar ayuda si no se me pide. El facilitador tiene que estar al servicio de algo más grande, del amor en común, y una de las cosas que tiene que hacer el facilitador es no excluir a ningún miembro del sistema familiar. El corazón del facilitador tiene que estar con los excluidos.
-Puede haber un padre o madre maltratador…
-Es muy importante saber escuchar, estar presente en el campo para atender a la persona, y después. si es un trabajo de grupo, observar qué es lo que se abre, hacer una lectura de lo que está allí, de cómo se relacionan los miembros. Así, puedo aplicar los principios sistémicos.
En Constelaciones observamos dónde el amor tomó una dirección equivocada para volver a reconducirlo. No existen ni buenas ni malas acciones, solamente consecuencias. Hay determinados hechos en las historias familiares que tuercen el amor. Vamos a recolocarlo para que vuelva a fluir.
-Es que se abre la caja de Pandora…
-Sí, totalmente. Abrimos la caja de Pandora y hay que ser conscientes.
-Propones un conjunto de numerosos ejercicios sistémicos. ¿Qué los caracteriza?
-Nos dan una visión clara de lo que ha pasado. A veces la gente se pierde en las palabras, tú escuchas, pero a través de la representación externa de la imagen interna, la persona entra fácilmente en un estado de conciencia.
El libro es un manual para utilizar, y he colocado los temas cronológicamente. La vida prenatal, el nacimiento, los primeros años de vida, la infancia, la relación con los padres, luego la edad adulta, la pareja, los divorcios, los abortos… Los ejercicios son muy sencillos de poner en práctica y tienen una gran intensidad. Llegan al alma porque de repente te cae la ficha y acabas entendiendo no solo a un nivel racional, sino a uno muy profundo.
Casi todos los ejercicios van acompañados de frases curativas.
-En algunas prácticas que expones se descubren aportes del chamanismo, del teatro, el psicoanálisis, actos psicomágicos. Y ahí destaca el recuerdo, la figura de Alejandro Jodorowsky. ¿Por qué lo has incluido?
-Soy muy ecléctica. Como tenía fobia a hablar en público estudié psicología, que me dio muchísimas herramientas, pero no todas. Entonces empecé con las regresiones, que me apasionan, luego seguí buscando con la PNL, hasta llegar a las Constelaciones Familiares. Tuve la suerte de participar en dos talleres de Jodorowsky en Madrid, de psicochamanismo, con magia.
Yo voy incluyendo todo aquello que me ha funcionado y me ha resonado. Lo he puesto al servicio a través de las Constelaciones.
-¿Alguna anécdota de un acto psicomágico que recuerdes?
-Habitualmente indico un acto psicomágico para terminar un proceso. Había una chica que tenía mucha rabia a los hombres y cuando empezamos a conectar vio que tenía una identificación con una abuela que había sido estafada por su marido. Llevaba una rabia que no era suya. El acto psicomágico fue que se pusiera unas horas una ropa de la abuela, y se mirara al espejo. Debía decir que durante muchos años, a nivel inconsciente, había mantenido esa identidad que no le pertenecía. Después debía quitarse la prenda y darse una ducha, para luego ponerse un vestido bien bonito. Finalmente, quemaría la ropa de la abuela y la tiraría a la basura diciendo: “Ahora me deshago de todo esto”. Con un acto psicomágico te desprendes de aquello que has cargado indebidamente.
-Has nombrado a las frases curativas. ¿Qué son?
-Frases que curan el alma. Es una de las grandes aportaciones que ha tenido Hellinger y, según cuál sea el síntoma, se utiliza una en particular. En cada ejercicio siempre pongo alguna.
Imagínate a un niño cuyo padre ha emigrado. Toma el lugar del padre y lleva la carga del sistema familiar. Esta es una posición muy importante para un niño, pero es muy grande y le da una cierta arrogancia. La frase curativa en este caso es: “Papá, este es tu lugar, con el mismo amor que lo tomé, con el mismo amor lo devuelvo, porque tú eres el grande y yo soy el pequeño. Tú me has dado la vida, tú das y soy yo el que recibo”. Con estas palabras restablecemos el orden y le damos el lugar que le corresponde al padre. Cada frase curativa es para restablecer el orden o la pertenencia.
Son frases para reponer los principios de oscilaciones familiares y calman a todo el sistema familiar, pero sobre todo producen una paz interior muy profunda en la persona, porque tocan el alma y provocan desbloqueos.
-¿Cuál es el significado de la palabra honrar, que tanto se utiliza en Constelaciones?
-Honrar es respetar la decisión que ha tomado un ancestro, en cualquier situación, sin enjuiciar. También significa honrar la jerarquía. Yo honro a mis padres que me han dado la vida, les agradezco por ello. Lo que quiero decir con honrar es “acepto la decisión que tú has querido tomar con tu vida, porque esta vida es tuya, no es mía, yo tomo la responsabilidad de mi propia vida, y con ella yo me ocupo de tener una buena vida. Si tú has decidido quitarte la vida, yo no soy quién para juzgarte ni para intentar salvarte, porque no podría”.
Honrar es decir sí a todo lo que es, aceptamos la realidad. Cuando nos peleamos con la realidad y queremos cambiarla, no estamos honrando nada.
-En el terreno de lo simbólico, ¿qué es la madre y qué es el padre?
-La madre es la vida, la que nos da la vida. La madre está relacionada con el afecto, con los sentimientos, también es la abundancia. El padre es el que nos abre a la sociedad, es el mundo, el desarrollo profesional, el mantener el dinero.
Es verdad que también existen madres muy peculiares, podríamos llamarlas madres tóxicas en el sentido de que son madres manipuladoras, madres victimistas que utilizan a los hijos para manipularlos, para que sean los responsables de su felicidad. Aun así, en este caso, yo tengo que agradecer a esa madre la vida que me ha dado, y después puedo tomar distancia.
Existen los llamados proyectos sentidos donde mujeres y hombres tienen hijos para que cuiden de ellos. En estos casos, también puedo cortar el vínculo con mi padre o con mi madre, pero depende de dónde lo hago. Si lo hago desde el rencor, tendré limitaciones en la vida. Sin embargo, si digo “bueno, mis padres tienen sus propias carencias, lo han hecho de la mejor manera que sabían y podían, me han dado la vida y el resto me lo busco yo en el mundo, y me distancio porque me están haciendo daño”. Sé que no pueden actuar de otra manera porque no han recibido una educación emocional y ahora ya no quieren cambiar. Por eso tomo distancia y puedo crecer, tener abundancia en la vida, tener dinero y ser próspero.
Si estoy en reclamación, miro al pasado; pero si me libero, miro al futuro y tengo la posibilidad de crear y ser la persona que quiero ser.
-Hablas también de la Teoría del Desdoblamiento del Tiempo, de Jean-Pierre Garnier Malet. ¿Cómo lo introduces?
-La familia es como un lago. Tiras una piedra y se produce un movimiento hacia atrás y adelante. En Constelaciones puedo ir hacia atrás, y también ver mi futuro potencial. Puedo viajar en el tiempo para que ese futuro potencial me dé un mensaje, tengo muchos futuros potenciales. La Teoría del Desdoblamiento del Tiempo es eso. Yo estoy en el presente y vengo de muchos pasados, pero también tengo muchos futuros según las decisiones que yo tome.
Hay un mejor futuro potencial mío con el que me puedo conectar. Lo bueno es que ese futuro potencial mío, que está en plenitud, me necesita, necesita las decisiones que yo tome para llegar a él. Entonces, me conecto con mi mejor versión, un vínculo para que cada acción que voy tomando, cada decisión, me lleve ahí.
Por eso incorporo el futuro potencial, porque a veces la persona está estancada en detalles familiares. Lo conecto con ese mejor futuro potencial y le doy las herramientas para llegar a él.
-Los ancestros pueden poseer un lado positivo, y eso también es un recurso que podemos utilizar.
-Totalmente. Lo aprendí en Constelaciones Familiares chamánicas. Cuando les pedimos ayuda, los ancestros son benevolentes.
Por ejemplo, puedo estar en una situación de debilidad y miro al campo de mis ancestros. Hay mujeres en mi sistema familiar que han sido fuertes, que han sido valerosas. Les pido que me den su energía. O decir en caso de enfermedad: “Muchos habéis transitado por enfermedades, por favor, denme la energía, las herramientas, los recursos que habéis usado para sanar”. Entonces, permanezco quieta, en silencio, y me permito recibir esa energía.
-Afirmas que todo tiene un alma. ¿Eres panteísta?
-Es que para mí todo tiene alma. Cuando yo dejo una casa, agradezco su energía de acogida, porque en una casa suceden cosas y cada cosa tiene su chi, que es lo que dice el Feng Shui. Siempre digo esta frase: “Sé agradecido con la vida y la vida te va a dar muchas cosas para agradecer”. Igual que agradecemos la comida, los alimentos.
Las historias familiares, por supuesto, tienen mucha alma. Todo posee algo para mí.
-Lola, tienes el hobby de ver películas y citas lo que llamas cineterapia. ¿Qué aporta la cineterapia?
-Muchas personas no leen y otras, también, son visuales, como dice la PNL. Yo les puedo explicar una situación que ven en una película y la entienden.
Un paciente había tenido una experiencia cercana a la muerte, una parada cardíaca y casi se muere. Le dije que tenía que ver “Soul” (alma). Y más tarde comentó: “Ahora lo entiendo”.
Cuando le hablo a la gente de la lealtad de sus familiares, digo “tienes que ver Believe“.
Me apasiona el cine. Muchas películas son de una profundidad emocional. Por ejemplo, para quienes han perdido un hijo recomiendo “En América”. Es un canto a la vida donde se ve todo el proceso de despedida, de no engancharse al niño muerto. Te ayuda a integrar muchas cosas. Es fantástica.
-Estoy recordando la serie turca “Mi otra yo”.
-Sí, es excelente. Ha abierto un camino fantástico para que la gente integre lo que son las Constelaciones Familiares. Además se nota que Evren Nuran Şit, la guionista, ha hecho muchas constelaciones. Vi en YouTube la entrevista que le hicieron. Es verdad que, como en todas las series, hay un poco de romanticismo, está un poco idealizado, pero es maravillosa.
🠋 Aquí puedes ver la entrevista completa en nuestro canal de Youtube.



