Sayari Mati.
Facilitadora de tantra, círculos de mujeres, reiki y profesora de yoga
Cuando nos gusta alguien hay una energía que se activa sola. Estamos hablando de la energía sexual. No hace falta poner nada de nuestra parte, es algo involuntario que simplemente sucede.
Y en muchas ocasiones, además, no podemos dejar de sentirnos así. Tiene una fuerza y unas dimensiones enormes. Tiene un gran poder sobre nosotros.
Nuestro pulso, respiración, pupilas, hormonas… todo cambia ante esa persona que nos pone. Las mariposas en el estómago, la sensación de felicidad permanente, esa sonrisa plácida permanente en el rostro que denota claramente que un@ está “in love”.
Con el paso del tiempo y los acontecimientos que van ocurriendo en la vida, normalmente esta energía va decelerando. Y en nuestra cultura tenemos la creencia de que eso supone un problema, de que se está perdiendo la chispa y ya no hay forma de recuperarla. Como un barco que va a la deriva.
En algunos casos eso lleva a culpar a la otra persona de la frustración que sentimos al haber perdido esa fuente de energía tan linda que sentíamos junto a esa persona.
Y en muchos casos esto ni siquiera se habla porque a veces también se esconde un sentimiento de culpa, sobre todo si esto es algo ya conocido, si nos ha pasado más veces.
Es algo natural. No es síntoma de que la relación no funcione o de que haya que cambiar de pareja, es simplemente que todo este motor que genera todas las sensaciones propias de la excitación y del enamoramiento necesita de cuidados externos, de gasolina extra para poder seguir funcionando.
Si el motivo de la frustración en la pareja es por convivencia o incompatibilidad de caracteres, es otra cosa. Ahí aplicaríamos otro tipo de terapia o estrategias, pero cuando realmente lo que hemos perdido con la pareja es la polaridad sexual, es decir que nos llevamos muy bien, como hermanos, nos amamos profundamente pero ya casi no nos buscamos como pareja, entonces es cuando la terapia tántrica nos puede ayudar a recuperar todo ese mundo perdido.
Una de las claves desde luego es dedicar tiempo de calidad a la relación.
Ya os he hablado otras veces de la importancia del tiempo en el tantra.
Estableced una cita, como si fueseis novi@s de nuevo. Permitíos dedicaros una tarde a la semana o cada dos semanas o cuando decidáis entre l@s d@s, para estar junt@s en la cama o en un espacio cómodo. A mí personalmente me gusta tener un espacio en el suelo sobre el que pongo un colchón con telas bonitas, velas alrededor, incienso, temperatura agradable, plumas, aceites y pareos o telas suaves al tacto y con música relajante o sensual o sexy, depende del momento.
De alguna manera se trata de generar sensaciones agradables y placenteras a nuestros sentidos (tacto, vista, olfato, oído, gusto) y generar amor sobre todo.
Para ello me gusta sentarme enfrente de mi pareja, mirarnos a los ojos sin prisa, respirar juntos por la boca hasta que conectemos de verdad y desde el corazón y desde ahí normalmente un movimiento de pelvis comienza a activarse de forma natural, el llamado “Círculo de Luz”.
También funciona muy bien que un miembro de la pareja se tumbe para recibir un masaje amoroso y sensual sin límite de tiempo.
Quien recibe el masaje no deja de respirar por la boca y de mover su energía de varias formas. No se trata solo de recibir, sino de aprovechar todos esos estímulos que estamos recibiendo y amplificarlos… Esto normalmente nos lleva a una experiencia más energética y espiritual que un masaje sin hacer nada.
Por supuesto el hecho de estar con nuestra pareja, mirarle a los ojos, hace que volvamos a conectar con esa pasión y amor de los inicios.
Este masaje incluye todas las partes del cuerpo y lo podemos dejar en una experiencia relajante o lo podemos llevar hacia la excitación con o sin orgasmos, a libre elección.
Y después de un tiempo de integración, se cambian los roles y así ambos recibimos el masaje o quizás lo dejemos para otro día… Se habla. La comunicación es la base más importante sobre la que trabajar en una relación.
Saber pedir y expresar lo que un@ necesita.
Y en algunos casos también receto no tener penetración durante un tiempo o incluso dormir separad@s de vez en cuando para así volver a poner en marcha la dinamo.
Es bello echarse de menos.
Cuando hay bastante desgaste, es importante volver solo a los preámbulos. Darse masajes, acariciarse, conectar de nuevo con las sensaciones en la piel, conectar con la pareja y luego, poco a poco, ir integrando más pasos hasta llegar al coito tradicional.
La sexualidad es muy amplia y el coito ni es el final ni la meta ni la única cosa a la que jugar.
Explora y diviértete.
Os acompaño si queréis en “Tantra en Pareja” en formato privado
o en talleres.
Visita mi web www.sayarimati.com