Causas del mal aliento

Halitosis. Segunda parte

Mar Tarazona
Odontóloga

Problemas como la pericoronaritis, alveolitis, abscesos, aftas y otras úlceras orales, retenciones alimentarias interdentales, heridas quirúrgicas, candidiasis, caries extensas, piercings linguales, quistes dentígenos, parasitosis, leucemia y las neoplasias, entre otros, también pueden ser causa de halitosis. Las prótesis removibles demasiado porosas, especialmente las más antiguas, y si además se usan por las noches, pueden ser el origen de la halitosis.

En el aparato respiratorio

En el aparato respiratorio superior (encima del nivel de la laringe) existen algunas patologías como la rinosinusitis y la amigdalitis crónica que pueden ocasionar halitosis.
En la sinusitis crónica, las principales molestias que padecen los pacientes son la rinorrea posterior, tos, presencia de moco en la garganta, lengua saburrosa y halitosis.
Los respiradores orales poseen una mayor predisposición para padecer halitosis.

También hay que tener muy en cuenta a las amígdalas. Los cálculos amigdalinos son una causa de halitosis muy frecuente. La flora de las amígdalas, incluso en pacientes sin historia previa de amigdalitis, presenta bacterias capaces de producir mal olor.

Otras patologías del aparato respiratorio superior como la presencia de cuerpo extraño, la rinitis atrófica, un absceso nasofaríngeo y/o retrofaríngeo y los carcinomas de laringe pueden relacionarse con el mal aliento. Las causas de halitosis procedentes del aparato respiratorio inferior son más raras, pudiendo ser bronquitis, bronquiectasias, neumonías, abcesos pulmonares y carcinomas de pulmón.

En el tubo digestivo

Aunque existe la creencia generalizada de que el estómago era una de las principales causas del mal olor, se ha verificado que las halitosis relacionadas con el tubo digestivo son poco frecuentes. Sin embargo la infección por la bacteria Helicobacter pylori puede provocar halitosis pues algunas cepas poseen la capacidad de producir CSVs.

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Con menor frecuencia existen casos de halitosis asociada a la gastritis, úlceras gastroduodenales, reflujo gastroesofágico, divertículo de Zenker, enfermedad inflamatoria intestinal, cuerpo extraño en la faringe, hernia de hiato, eructaciones, vómitos y neoplasias.
La mayoría de los pacientes con síntomas gastrointestinales (mal gusto, sensaciones de ardor…) cree que padece de mal aliento aunque nadie alrededor lo siente (pseudohalitosis).

Causas neuropsicológicas

Ciertos estados psicológicos relacionados con el estrés o con la ansiedad pueden generar halitosis verdadera. Las glándulas salivares estimuladas por fibras nerviosas ligadas al Sistema Nervioso Autónomo disminuyen la secreción salival y la estancación de la saliva residual en la boca provoca un aumento de la producción de COVs y CSVs.

Otras condiciones de carácter psicológico o psiquiátrico pueden influir en la autopercepción de una persona y/o incluso la idea que ésta tiene sobre la percepción de otros en relación a su aliento (pseudohalitosis). La inseguridad de ciertas personas lleva muchas veces a que uno sobrevalore/interprete erradamente actitudes y comportamientos habituales de terceros.

Las disgeusias (alteraciones del sentido del gusto) también llevan a los pacientes a creer que padecen de halitosis. Últimamente la halitofobia se ha convertido en una condición psiquiátrica reconocida. Los halitofóbicos piensan que sufren de halitosis muy intensa, aunque muchos de ellos ni siquiera poseen la autopercepción de mal olor e incluso aunque los íntimos insistan en que no la padecen. Rehúsan ver a un especialista psicológico ya que no reconocen su propia condición psicosomática.

El síndrome de referencia olfativa se caracteriza por la creencia obstinada de poseer un olor corporal muy desagradable, sienten una vergüenza y angustia considerables, llevándoles al aislamiento social. La persona hipocondríaca puede llegar a tener una autopercepción errada del aliento.

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