Mar Tarazona
Odontóloga
Que en la cultura anglosajona llamen “pacifier” (pacificador) al chupete no es casualidad. El argumento principal para justificar su uso radica en el hecho comprobado de que tranquiliza a los bebés, ya que succionarlo le aporta tranquilidad y bienestar.
Inconscientemente tendemos a utilizar el chupete como sustituto de la atención de los padres, pero esto es un error. Si el bebé está intranquilo o llora con facilidad, lo que necesita es entrar en contacto con su familia, caricias mientras le hablan con suavidad o cantarle. De esta manera el bebé se sentirá querido y podrá construir una base emocional segura y confiada importante para su vida afectiva.
El contacto afectivo con los padres debe ser la base de la tranquilidad y bienestar del bebé, y el chupete un mero apoyo.
Para conocer mejor su funcionalidad os recordamos ocho beneficios que tiene el uso del chupete en recién nacidos:
- Apoyo en lactancia: a partir de la cuarta semana de vida del bebé, la lactancia ya se ha establecido y pueden utilizar el chupete como apoyo los que no tienen acceso al pecho materno todo el tiempo.
- El chupete satisface el reflejo de succión: es uno de los instintos básicos del bebé durante sus primeros meses de vida. Su función es permitir al bebé succionar el pezón y así alimentarse del pecho materno. Hay que tener cuidado con su uso durante los primeros días de vida de un recién nacido al que se quiera dar de mamar. Los bebés que usan chupete tienen más dificultades para agarrarse al pezón, no consiguen toda la leche que necesitan y los pezones de la madre se pueden resentir.
- Ayuda a evitar la succión del dedo: el chupete es el método más efectivo para evitar la succión del dedo, que puede tener consecuencias más graves en el futuro.
- Evita mojar el chupete en azúcar, zumo o miel ya que puede provocar la aparición de caries en los dientes de leche.
- Evita utilizar el chupete para retrasar la hora de las comidas.
- Retirar el chupete antes de los dos años. Los problemas pueden llegar cuando el niño utiliza el chupete más allá de esa edad, ya que afecta a la posición de los maxilares y dientes y deforma el paladar.
- Reduce el riesgo de muerte súbita: se ha demostrado que hay una asociación entre el uso del chupete y una reducción de síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Este síndrome se define como el fallecimiento repentino e inesperado de un niño menor de un año aparentemente sano, sobre todo durante el sueño. Suele darse con más frecuencia entre los 2-4 meses de vida, pero se desconoce el mecanismo por el cual el uso del chupete puede reducir el SMSL o su falta de uso aumentarlo. Dada la evidencia científica disponible, se recomienda el uso del chupete en los niños alimentados con biberón hasta el primer año de vida.
- Ayuda a fortalecer sus músculos: cuando el bebé no tiene mucha fuerza es beneficioso el uso del chupete para succionar, ya que su uso puede favorecer el desarrollo de músculos de la cara y la lengua, además del desarrollo anatómico del paladar.
A la vista de estos datos, todo parece indicar que el uso del chupete es aconsejable, al menos durante la lactancia, pues sus beneficios son mucho mayores que sus inconvenientes.
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