Mar Tarazona Beltrán
Odontóloga
La menopausia es una nueva etapa en la vida de las mujeres que se produce entre los 45 y 55 años de edad. Los ovarios dejan de funcionar a causa del descenso de los niveles de las hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) que permitían que se produjera la ovulación y la regla cada mes.
Estas hormonas, en especial los estrógenos, intervienen en muchos procesos del organismo, por lo que su disminución provoca un cambio fisiológico en el cuerpo femenino con síntomas como los sofocos, los sudores nocturnos, la falta de libido, la sequedad vaginal, los cambios en el metabolismo, la sequedad de la piel y las mucosas, problemas para dormir, ansiedad, irritabilidad y naturalmente cambios emocionales.
Y la boca no es una excepción. La bajada de los niveles de estrógenos afecta directamente a las encías, disminuyendo el efecto antiinflamatorio de dicha hormona en la encía. La reducción de progesterona conduce a una disminución de la densidad ósea de los maxilares, poniendo en peligro el sustento de nuestros dientes.
Efectos
A continuación vamos a explicar los efectos más frecuentes de la menopausia en la boca:
- Gingivitis descamativa
Consiste en la pérdida o separación de las capas externas de las encías, dejando expuesta la raíz del diente, con la consiguiente sensibilidad al frío o calor. Además, la encía se enrojece, duele y hasta puede sangrar, ya sea espontáneamente o al cepillarse. Si no se trata a tiempo puede derivar en una periodontitis, pudiendo llegar a la pérdida de los dientes.
- Xerostomía o sequedad bucal
Durante la menopausia las glándulas salivales segregan menos cantidad de saliva, produciendo sequedad bucal. La saliva es fundamental para mantener los tejidos húmedos y favorecer la limpieza bucal. La falta de saliva conlleva a una mayor propensión de desarrollar caries, dificultad para saborear los alimentos, tragar o incluso hablar, boca pastosa, sequedad de garganta, labios agrietados, lengua áspera y mal aliento. La saliva es a la boca como la sangre al cuerpo.
- Síndrome de la boca ardiente
Se caracteriza por un ardor intenso y una sensación de quemazón que afecta principalmente a la lengua y en ocasiones a los labios y encías. En casos extremos puede reducir la capacidad de ingerir alimentos.
- Adelgazamiento de la mucosa bucal y mayor propensión a la aparición de llagas.
Las mucosas de la boca, al igual que las de todo el cuerpo, se vuelven más frágiles y se debilitan. Los cambios hormonales propios de esta etapa pueden ayudar a la disminución del sistema inmunitario bucal, más el estrés que conlleva para muchas mujeres esta etapa; es habitual sufrir a menudo llagas o aftas bucales.
- Caries radiculares
Las caries en los cuellos de los dientes aparecen por una suma de factores que ocurren en la menopausia. El primero sería la gingivitis descamativa, ya que deja la raíz del diente expuesta cuando lo correcto sería que estuviera tapada por la encía. El segundo es la sequedad bucal, la falta de saliva hace que la boca no esté bien protegida ante las bacterias.
- Deterioro dental
El envejecimiento de las personas va unido a unos dientes más opacos y amarillos, que pierden el brillo y el color blanco original. También con la edad tendemos al apiñamiento de los dientes y a los desgastes a consecuencia del bruxismo, ácidos de los alimentos y a la propia masticación.
- Pérdida de hueso y enfermedad periodontal
Durante la menopausia se acentúan los problemas de osteoporosis. La reabsorción ósea suele afectar a todo el cuerpo, incluyendo la boca.
Cuando afecta a la boca, estaríamos hablando de periodontitis. Al reabsorberse el hueso de los maxilares, se pone en riesgo la supervivencia de los dientes, que pierden el soporte que los sostiene.
Algunas mujeres con osteoporosis toman un grupo de medicamentos llamados bifosfonatos, utilizados para frenar la reabsorción ósea excesiva y prevenir complicaciones como fracturas de los huesos del cuerpo. El problema de estos medicamentos es que alteran la fisiología de los huesos maxilares y dificultan la cicatrización en la boca cuando se realizan cirugías o extracciones de piezas, aumentando el riesgo de osteonecrosis de los maxilares. En el caso de estar tomando bifosfonatos, hay que informar al odontólogo para que aplique las medidas preventivas y terapéuticas necesarias.
En un próximo artículo, consejos para afrontar la menopausia de la mejor manera.