Mar Tarazona.
Odontóloga
Si con todas las terapias anteriores (ver edición del mes anterior) no deja de doler el diente, entonces tenemos que tomar una decisión: endodoncia o extracción.
Nosotros como terapeutas podemos aconsejar, evaluando todos los datos y la situación personal, así como los riesgos de salud, pero es el paciente el que debe tomar la decisión. Si se inclina por la endodoncia, hay que avisarle que en el momento que su sistema inmunológico se vea comprometido o debilitado, su riesgo de desarrollar problemas serios de salud aumenta y los ataques al sistema inmunológico son algo muy frecuente.
Hay que comprobar siempre el estado oral de un paciente cardíaco, ya que hay estudios que demuestran la relación entre la presencia de dientes con tratamiento de conductos y la propensión a tener enfermedades cardíacas y un mayor riesgo de ataque cardíaco. El diente tratado con endodoncia libera patógenos y toxinas al sistema venoso (y linfático) de la mandíbula, y las arterias coronarias son las primeras arterias expuestas. Las endodoncias y otras infecciones crónicas están prácticamente siempre detrás de una importante disminución de los niveles de vitamina C (y otros antioxidantes) en el organismo.
El tratamiento de cualquier paciente con cáncer y/o enfermedades crónicas degenerativas estará especialmente reforzado por la eliminación adecuada de las endodoncias ya que esta actuación nos puede ayudar en el alivio de los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad.
Además de las enfermedades cardíacas, puede haber problemas hepáticos, renales y de la vesícula. Artritis, enfermedades reumáticas y articulares son casi la norma entre las personas con dientes muertos en sus bocas. El síntoma más común es el dolor de cabeza y cuello, puede variar desde cefaleas leves y migraña hasta neuralgia del trigémino.
Los dientes desvitalizados en la arcada superior a menudo se asocian con sinusitis. También hay relación con trastornos neurológicos y enfermedades autoinmunes, con problemas en ojos y en oídos, con el tiroides, etcétera.
Cada vez más dentistas, médicos y profesionales de mentalidad holística comienzan a entender que muchas de las enfermedades y males previamente “incurables”, para los cuales no hay una causa convencionalmente reconocida, pueden mejorar radicalmente o resolverse completamente al extraer un diente (o dientes) a los que se les ha realizado una endodoncia y al limpiar adecuadamente las cavidades dentales que quedan después de la extracción.
La ubicación del diente, los tipos de microorganismos en su interior y la naturaleza de la composición genética de la persona determinan las áreas de enfermedad encontrados clínicamente. La única cosa cierta es que si usted está enfermo debe examinar cuidadosamente todos los dientes no vitales, con endodoncia o no.
Para finalizar, no podemos ser tan cerrados y pensar que vamos a extraer todos los dientes con endodoncia y vamos a curar todas las enfermedades. Eso es igual de malo como decir que los dientes endodonciados no pueden causar ningún problema. Tenemos que evaluar a cada persona objetivamente y luego llegar a una conclusión razonable, siempre pensando en la salud general.
clinica@clinicadentalmartarazona.com