Aurelio Álvarez Cortez
“Existe buena evidencia de que tener una actitud positiva hacia el envejecimiento y positividad acerca de la edad (el número) afecta el proceso de envejecimiento y el ritmo del envejecimiento a nivel biológico”, afirma Rose Anne Kenny, investigadora principal fundadora del mayor estudio de población adulta sobre la experiencia del envejecimiento en Irlanda: el Estudio Longitudinal Irlandés sobre el Envejecimiento (TILDA, en sus siglas en inglés).
Kenny ocupa la cátedra de Gerontología Médica en el Trinity College Dublin. Anteriormente fue profesora de Investigación Cardiovascular y jefa de Medicina Geriátrica en la Universidad de Newcastle Upon Tyne. También dirige el Instituto Mercer para el Envejecimiento Exitoso (MISA) en el Hospital St. James de Dublín.
Su experiencia en investigación sobre trastornos cardiovasculares y de movilidad del envejecimiento ha promovido la incorporación de pruebas tradicionales y novedosas de locomoción, función autónoma y salud cardiovascular y cognitiva, junto con medidas tradicionales de utilización y economía de la atención médica.
Es autora de “Sanos, vitales y longevos”, publicado por Urano, y del cual hablamos con ella.
-“La edad no es un número”. Esta afirmación suya invita a preguntarle entonces qué es la edad.
-Qué es la edad es una buena pregunta. Ahora existen 12 marcadores fuertes del proceso de envejecimiento que han sido bien descritos en las células. Sabemos que estos, aunque están fuertemente asociados a la edad cronológica –o nuestro “número”–, difieren para individuos de la misma edad; en otras palabras, son buenos marcadores biológicos de edad. Sin embargo, aún no está claro qué marcadores causan el envejecimiento y cuáles son producto del proceso de envejecimiento o un espectador del proceso a nivel celular.
-¿Estaríamos en lo cierto si pensamos que podemos ser tan jóvenes como nos sentimos, desde el punto de vista de datos objetivos?
-Ahora existe buena evidencia de que tener una actitud positiva hacia el envejecimiento y positividad acerca de la edad (el número) afecta el proceso de envejecimiento y el ritmo del envejecimiento a nivel biológico. En otras palabras, las personas que se perciben como de 40 años, cuando en realidad tienen 60 ó 70, tienen un envejecimiento cerebral y corporal más lento cuando medimos factores fisiológicos como la velocidad de caminar o la función cerebral (memoria, concentración), y viven más que las personas que se perciben como en su edad cronológica. Es decir, “me siento de 60 y tengo 60”.
-Genética y epigenética. ¿Hasta dónde influyen cada una de ellas en el proceso de envejecimiento? ¿Qué es el reloj epigenético?
-La epigenética es una de las 12 señales de envejecimiento. Utilizamos la epigenética para medir los relojes de envejecimiento. Mientras que nuestros genes están fijados al nacer, la epigenética es la pieza dinámica del ADN. Cambia según los factores ambientales, incluyendo los comportamientos de salud.
Es importante que las instrucciones dentro de una célula construyan proteínas y estas a su vez importan para la entrega de energía en una célula y el mantenimiento del funcionamiento normal y saludable en la célula.
El número de estos sitios epigenéticos o metilados en el ADN es lo que nos da los relojes de envejecimiento –ahora hay un número de relojes que varían según el número de sitios medidos, pero también el tipo de sitio–, permitiendo un reloj de metilación ósea, un reloj cardiovascular, un reloj inflamatorio, un reloj muscular, etcétera. En otras palabras: medidas biológicas/celulares de la edad de los tejidos de huesos, corazón, sistema inmune y músculos.
-Está en auge el edadismo. ¿Se puede afirmar que la sociedad no es consciente sobre la influencia de los estereotipos negativos sobre la vejez? ¿Puede hablarnos del contraejemplo de Dinamarca?
-El edadismo es el “ismo” menos reconocido, más que el racismo y el sexismo. Hay múltiples ejemplos de esto a nivel mundial. Dinamarca es muy conocida por su enfoque igualitario general.
-La ansiedad y la soledad son dos epidemias más graves que las debidas a virus. De este modo señala los efectos de un confinamiento, como el globalmente impuesto hace pocos años. ¿Este tipo de aislamiento es contraintuitivo para los seres humanos?
-Somos animales sociales, como detallo en el libro. Hemos evolucionado para necesitarnos unos a otros y una comunidad. Las restricciones impuestas por el COVID aumentaron la soledad, el aislamiento social y la depresión a lo largo de la vida. Nuestra investigación confirma que la soledad y la depresión aumentaron 30 veces durante el COVID y no han regresado a los niveles anteriores. Este es un efecto permanente de la pandemia y una nueva lente sobre el “COVID largo”.
-Destaca el efecto de la mente por encima del corazón. Y apunta que los casos de infarto son un ejemplo. ¿Cómo lo explicaría brevemente?
-El estrés aumenta la actividad nerviosa simpática que compromete el funcionamiento del corazón.
-¿Tener un propósito en la vida afecta biológicamente al ser humano, tanto como para ralentizar el envejecimiento celular?
-La investigación en las llamadas zonas azules (donde se encuentran las personas más longevas que superan los 100 años de edad) y más allá muestra claramente que tener un propósito mejora una vida más saludable y larga. Las zonas azules tienen nombres especiales para esta finalidad: “ikigai” en Okinawa y “plan de vida” en Cerdeña.
-¿Por qué las actitudes positivas y el optimismo son como una especie de vacuna contra las patologías cerebrales, y con ellas hay más posibilidades de vivir más, saludable y felizmente?
-Ambos reducen la inflamación crónica. La inflamación crónica acelera el proceso de envejecimiento en la mente y el cuerpo. La actitud positiva y el optimismo se asocian con menos estrés y marcadores de inflamación más bajos.
-¿También la relajación, la socialización, la risa, la amistad y la meditación son actividades beneficiosas para el proceso biológico del envejecimiento?
-Todos estos factores reducen el estrés y, por lo tanto, reducen la inflamación.
