“Cuando era pequeña no tenía vocabulario para explicarlo”, dice Inelia Benz, desde Estados Unidos, donde reside, para hablar de su experiencia que la ha llevado a ser uno de los conferenciantes y escritores que impulsan una transformación personal y espiritual a nivel planetario. “Nací en Chile y a los siete años me fui al extranjero. De niña sabía que la gente tenía que ser más feliz. Veía cómo muchos se mantienen entre el dolor y el sufrimiento, y no sabía cómo ayudarlos para regresar al estado natural de felicidad”, prosigue al recordar los comienzos de una inquietud que la conduciría a colaborar en la búsqueda de la satisfacción, la curiosidad y la inspiración más elevadas.
Así, con el paso de los años, estuvo observando e investigando para saber cómo enseñar a través de diferentes herramientas ese retorno a una fase natural. En ello la animaron “personas que quieren tener una experiencia en la Tierra, fuera del paradigma del miedo”, según cuenta, y llegaría el momento en que mantuvo “un diálogo con mi ser superior para promover un mensaje de poder y soberanía”. Dejaría de este modo su hasta entonces anonimato para y convertirse en emisaria de la “ascensión personal y global”.
En aquel tiempo, seis años atrás, no le interesaba tal cometido porque siempre había preferido “trabajar fuera de los escenarios”, conservando espacios de privacidad, y también porque nunca ha tenido interés personal en ese sentido. Pero finalmente aceptó por un periodo corto, hasta 2017, “cuando –anticipa– me retire para realizar un proyecto en el estado de Washington”.
Inelia explica que “queremos realizar una tarea por la cual los humanos sean soberanos con su vida y puedan usar su poder personal y divinidad para crear la vida que quieren”. Concretamente, afirma que su misión “es elevar la vibración del planeta”, y lo ejemplifica: “Alguien que sufre de depresión ve que todo aparece negativo, negro, que está en un pozo sin luz, en absoluto sufrimiento. Al aumentar su vibración, tratando los miedos y la frustración, eleva su frecuencia y puede iluminar tanta oscuridad, hablando con quienes lo rodean, con sus amigos, y así crece su conciencia para poder percibir más allá de la depresión”.
Se llega a tal nivel de degradación, añade, luego de “trabajar todos los días, sufriendo estrés; la persona regresa a casa, enciende la tele, donde se dan noticias negativas, guerras, enfermedades, crímenes, que bajan el ánimo. Así entra en un círculo vicioso. No llega a la conciencia el hecho de que actualmente hay en el planeta muchísimas personas que trabajan para el bien de la humanidad. ¡Nunca antes había tantos que han despertado! Y esto no sale en las noticias”.
Recursos como el sueño lúcido son los que utiliza Inelia, como también la meditación, la concentración, “escuchar el silencio entre tus pensamientos… llegar a un nivel donde uno puede acceder a lo que está detrás de la construcción de una personalidad, de la mente”, dice, considerando que “a la mente le gusta pensar, es entretenida, nos lleva a otros sitios, continuamente hablando, a través de pensamientos que no son nuestros. Para recordar quién eres tú debes llegar a esos espacios entre los pensamientos”.
En síntesis, su trabajo consiste en “llegar a un nivel de mente abierta para poder percibir que la realidad no es única, hay tantas realidades en este mundo como personas”, y de quienes no lo ven así afirma que “pueden seguir durmiendo, es una opción de su ser superior, en una realidad de estar esclavos de sus jefes, vivir 70 años y morir, es una realidad válida. Los respeto y no intento convencerlos de nada”.
De cara al futuro, seguirá con su interés por escribir libros de empoderamiento, novelas, y enseñar misticismo, chamanismo, no a nivel masivo, sino especializado.
Planea permanecer en la Reserva Makah, en el estado de Washington, al menos unos cuantos años, donde también tiene previsto fundar una escuela mística chamánica bajo el nombre de La Cabaña del Chamán. “Pretendemos que sea un lugar en que maestros y alumnos puedan encontrarse y compartir los ricos y variados flujos de conciencia chamánica que hay alrededor del mundo. Una reserva nativa norteamericana, rodeada por mares y ríos inmaculados, con una tribu que está activamente restableciendo una conexión saludable y natural con su tierra es, en mi opinión, el lugar ideal para este proyecto”, concluye.
Pero antes, el 23 de julio próximo estará en el Palacio de Congresos de Girona para celebrar un evento empoderador, según destaca “diferente a cualquier otro que haya hecho antes”. Será en inglés, con traducción simultánea al español y al francés.
Información e inscripciones: eventos.inelia@gmail.com